El salón de actos de la iglesia parroquial de San Francisco Javier de la Tenderina continúa siendo un lugar en el que se hacen realidad las iniciativas religiosas y culturales más singulares de las que se realizan en Oviedo. La última fue la de ayer por la tarde, giró en torno a la Semana Santa y juntó a medio centenar de fieles.

Bajo el epígrafe "Reflexiones religiosas y culturales sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús" se dieron cita la música, la poesía, los textos bíblicos y la proyección de vídeos, que se unieron para dar forma a un evento en el que la religiosidad se mezcló con la cultura. La voz la pusieron una soprano, Margarita Sierra y un tenor, Julio Antonio Díaz, que además fue el artífice del montaje que se presentó ante un público tan entregado como participativo. "Pretendemos hacer una reflexión religiosa no solo para los miembros de nuestra parroquia, sino para todas las personas de Oviedo que se quisieron unirse a nosotros. Nuestras actividades están siempre abiertas a toda la ciudad", precisó el párroco Alberto Reigada.

De vuelta al escenario, durante algo más de una hora toda la espiritualidad de Semana Santa se vivió en dos actos. El primero, el de la pasión y muerte, con la audición del "Stabat Mater dolorosa" de Giovanni Battista Pergolesi, que la compuso poco antes de su muerte, puso los pelos de punta a los asistentes.

La segunda parte del taller celebrado ayer en San Francisco Javier fue dedicado a la Resurrección. Margarita Sierra y Julio Antonio Díaz le pusieron voz, y entre sus interpretaciones destacó una melodía vasca a la que Julio Antonio Díaz le introdujo una letra de Juan de Encina.

Después llegó el final del acto, que resultó apoteósico. Todos los asistentes cantaron junto a la soprano y el tenor "Este es el día en que actuó el señor", del compositor Miguel Manzano, muy apropiada para el cancionero litúrgico.