Los sistemas conocidos como fotorrojos, las cámaras que se instalan en los semáforos para cazar a aquellos conductores que se los saltan cuando están cerrados, solo sancionan a quienes realmente hayan cometido una infracción. Al menos eso es lo que defienden los responsables del área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Oviedo, que ayer hicieron pública una explicación sobre el funcionamiento de estos dispositivos para informar al ciudadano de que son totalmente fiables y de que no hay multas injustas. Para empezar, según el Consistorio, el fotorrojo tarda un segundo y medio en saltar desde que el semáforo se pone en rojo.

Los responsables municipales insisten en que los fotorrojos "tienen un funcionamiento reglado" que garantiza su efectividad. Según se explica desde Seguridad Ciudadana, cuando el semáforo se pone en ámbar transcurren tres segundos hasta que cambia a rojo. "Es en ese momento cuando los vehículos deben detenerse", recoge el mensaje municipal. "Una vez que la luz pasa a estar en rojo, el sistema tarda un segundo y medio más en funcionar para detectar a los posibles infractores" añade.

Pasado ese segundo y medio, siempre según las explicaciones municipales, el sistema dispara cinco fotografías seguidas en las que se ve el vehículo y el semáforo desde el mismo momento en el que el conductor traspasa la línea. "Solo cuando en todas las fotografías se ve claramente el vehículo traspasando el semáforo en rojo se tramita la denuncia por infracción contra ese conductor", aseguran desde Seguridad Ciudadana. El gráfico que acompaña a esta explicación recoge, además, que la primera fotografía "se verá al coche antes de traspasar la línea del semáforo y el color rojo de este".

Hasta hace unos días solo había cuatro semáforos con fotorrojos en Oviedo, pero esos dispositivos ya rotan por otros cuatro puntos de la ciudad. Es decir, sigue habiendo cuatro aparatos, pero se irán cambiando de lugar para controlar otros "puntos conflictivos" de Oviedo en los que se registran un alto número de infracciones. El concejal de Seguridad Ciudadana asegura que la medida no tiene ningún afán recaudatorio. "Si quisiéramos recaudar más compraríamos otros cuatro fotorrojos más, no los rotaríamos", explica.