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Parroquia primigenia

La iglesia de San Pedro de los Arcos, que antes fue de Otero, tiene sus orígenes en la Edad Media

Parroquia primigenia

La iglesia parroquial de San Pedro de los Arcos, situada en un enclave privilegiado a la sombra del totémico monte Naranco, ya aparece documentada desde los siglos centrales de la Edad Media. Llamada como San Pedro de Otero, formaba parte entonces del concejo de Nora a Nora, que era el término municipal de la ciudad medieval. Se considera una de las parroquias más antiguas de Oviedo junto con las de San Tirso, San Juan, Santa María de la Corte y Santullano.

Los datos históricos sobre su fundación no precisan la fecha exacta. Algunos historiadores la sitúan en el siglo IX, aunque los textos históricos sí certifican que ya existía en el siglo XII. Pero no fue hasta el siglo XVII (unos historiadores la sitúan un siglo antes y otros un siglo después) cuando recibió su nombre actual, el de San Pedro de los Arcos. Hasta Gaspar Melchor de Jovellanos reparó en ella en uno de sus escritos.

¿Por qué de los Arcos? Por el acueducto de los Arcos o Pilares que discurría por sus inmediaciones para traer el agua a la ciudad. Dando un salto en el tiempo nos situamos en el año 1908, que es cuando se derriba la iglesia de entonces, de cuya imagen dan testimonio algunas fotografías que aún se conservan, incluso coloreadas, para construir el templo actual.

Su diseño se encargó al prestigioso arquitecto logroñés Luis Bellido, y su construcción se terminó en el año 1910. Fue todo un éxito. Su arquitectura, rompedora para la época, gustó tanto a la Iglesia como al Ayuntamiento y a los ovetenses, que dos años después el mismo arquitecto recibió el encargo de diseñar la iglesia de San Juan el Real.

Ambas guardan similitudes evidentes y las dos también llevan claramente el sello de su autor y arquitecto diocesano, hasta el extremo de que a la iglesia de San Pedro de los Arcos se la conocía entonces popularmente en Oviedo como la "hermana pequeña" de la ahora basílica de San Juan.

La iglesia actual, pese a los destrozos ocasionados en la revolución de 1934, aún conserva tres figuras importantes por su valor histórico y artístico: un Cristo crucificado que se remonta al siglo XVII, una imagen de la maternidad del siglo anterior y otra de San Pedro, que posiblemente perteneció a la iglesia anterior y que se supone que fue tallada en el siglo XVII.

La última incorporación artística a la iglesia es mucho más reciente, concretamente del año 2010. Se trata de un tríptico con unas pinturas del apóstol San Pedro, del que es autor el restaurador Jesús Puras, situado sobre el altar mayor.

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