Hilario Paz, párroco de la iglesia de San Pedro de los Arcos, fue el encargado, con ayuda de Ángel de la Fuente, de bendecir centenares de palmas y ramos de laurel antes del inicio de la procesión de la Borriquilla, que marca el inicio de la Semana Santa con la representación de la entrada de Jesucristo en Jerusalén. El párroco arrojó agua bendita sobre las palmas que los fieles levantaron al cielo. Algún móvil también fue bendecido por esa pagana costumbre de fotografiarlo todo.

Era Domingo de Ramos y muchos niños estaban de estreno. Zapatos, vestidos y pantalones cortos para acompañar a la procesión organizada por la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, "La Borriquilla", que tras salir de la iglesia situada en la falda del Naranco recorrió las calles Peña Santa de Enol, Tito Bustillo y Naranjo de Bulnes para regresar de nuevo al templo tras dos horas de camino en una mañana calurosa y soleada. La cofradía quiso este año cambiar el recorrido, pero no recibió la autorización, así que hizo el de todos los años.

Luis Ángel García, diputado mayor de la cofradía, fue el encargado de organizar la salida del paso del templo. La gran afluencia de público, que desde bastante antes del inicio de los actos llenaba la explanada de la iglesia, requirió que en varias ocasiones se tuviese que pedir que abriesen el espacio suficiente para la maniobra. A las 11.05 minutos de la mañana una treintena de cofrades, hombres y mujeres dispuestos en tres filas, sacaban del templo religioso la imagen de Jesús sobre una borrica. Tuvieron que hacerlo agachados para que ni la figura ni los adornos florales tropezasen con el dintel de la puerta al salir. Durante alrededor de un cuarto de hora los cofrades "bailaron" el paso al ritmo marcial marcado por la banda de música. Fueron girando poco a poco, hasta ponerlo mirando a la ciudad y así poder comenzar el recorrido. En ese momento el párroco procedió a bendecir los ramos.

Al otro lado de la ciudad, en la iglesia de San Tirso, unos minutos más tarde, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, procedía también a la bendición de los ramos. Fue un acto más oficial, con presencia de los concejales del PP. Tras la bendición en el interior de la iglesia, la comitiva recorrió en una breve procesión la plaza de la Catedral para asistir a la misa del Domingo de Ramos.

Los ediles del PP, junto al concejal Luis Pacho, de Ciudadanos, tomaron posiciones en los primeros bancos. El candidato popular a la Alcaldía, Alfredo Canteli, que llegó un poco más tarde, se tuvo que conformar con un asiento junto a su esposa en la tercera fila.

El Arzobispo hizo precisamente referencia a eso, a los políticos y a la campaña electoral. Durante su homilía en la Catedral explicó que "la entrada en la ciudad santa, en aquella Jerusalén en fiesta, tuvo ese momento de gloria. Entrada triunfal se dice en los textos. Podemos imaginarnos la cara de sorpresa y contento que llevaría la comitiva del Maestro como si fuera una comparsa en campaña electoral que va de lleno en lleno paseando a su líder tan aparentemente triunfante", pero, advirtió, "aquella sobredosis de optimismo triunfalista no tenía el mismo reflejo en los adentros de Jesús, que bien sabía lo que tras aquella entrada triunfal le aguardaba en la última semana de su vida". Sanz Montes insistió que esa entrada en la ciudad santa "fue a lomos de una humilde borriquilla y no de un corcel victorioso". Para él la procesión de ayer "es emblemática".

El Arzobispo habló del inicio de la Semana Santa, "en la que hay otras pasiones en curso (además de la religiosa) y otras procesiones, unas van por fuera y otras se llevan más adentro", apostilló.

Los actos de la Catedral comenzaron a las doce menos veinte de la mañana. La bendición de los ramos se realizó en San Tirso al filo de las once y media y posteriormente la comitiva recorrió la plaza de la Catedral. El ritmo fue rápido por lo que muchos fieles que creían que la misa comenzaba en la Catedral a las doce del mediodía llegaron con unos minutos de retraso y se encontraron con que el templo estaba prácticamente lleno. Aun así muchos se sumaron a la celebración desde las naves laterales de la Catedral.