Aunque son mundos distintos y según los responsables de los negocios que llevan más años allí trabajando no existe ninguna relación de un complejo comercial con otro, el cierre del Modoo de el Calatrava, en Buenavista, se está dejando notar en el Centro Cívico, en Llamaquique. El cierre total del Calatrava, con la excepción de la apertura en precario y mediante resolución judicial del Burger King, ha provocado que varios de los negocios que estaban allí instalados estén planteando una migración al Cívico. La perspectiva abre, así, nuevas expectativas para este centro comercial que el año pasado cumplió 25 años en Llamaquique. Según ha podido saber este periódico, al menos media docena de pequeños y medianos negocios que funcionaban en el Calatrava estudian ahora reabrir en el Cívico.
De momento se han cerrado pocos acuerdos, pero ya hay negocios con la mudanza firmada y a punto de abrir sus puertas. Otros, la mayoría, están estudiando las opciones que les ofrece el Centro Cívico. A diferencia del Calatrava, el complejo comercial de Llamaquique ofrece espacios más pequeños, por lo que no se trata, en ningún caso, de las grandes cadenas textiles que tiraron del Calatrava.
Pero la previsión de nuevos inquilinos en el Cívico ha añadido nuevas expectativas a los responsables del espacio. Según fuentes próximas a la gestión del centro comercial, la llegada de nuevos negocios podría acelerar los planes, que ya estaban sobre la mesa, para realizar algunas reformas en el edificio.
En concreto, entre otras cuestiones que también habrían puesto encima de la mesa algunos de los posibles nuevos inquilinos, se trataría, por ejemplo, de una limpieza y rehabilitación del elemento central del hall, la gran fachada que todavía preside el interior del Cívico. Los planes de reforma también incluyen una mano de pintura general y la sustitución de algunas luminarias como los "globos" que cuelgan en el exterior alrededor de la fachada.
Aunque no han trascendido los nombres ni el número concreto de los negocios que estudian mudarse al Cívico, según ha podido saber este periódico una cadena de comida rápida se habría interesado por la disponibilidad de locales y habría puesto encima de la mesa la necesidad de establecer nuevos horarios, algo a lo que la actual gerencia está abierta.
Después de 25 años de funcionamiento, el Centro Cívico sigue funcionando razonablemente bien pese a que mantiene un ritmo bajo de ocupación. Una veintena de negocios muy específicos siguen con su actividad y un público fiel (un supermercado, papelería, cafetería o floristería). Por otra parte, al contrario de lo que sucede con las tiendas, la ocupación de las oficinas es bastante alta, 17 locales de un total de 22 según datos del verano pasado.
