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Un banco pagará a una ovetense más de 512.000 euros por dejarla sin dinero

La mujer, sin estudios, tuvo que pedir un crédito después de que la entidad invirtiera un millón de euros en productos "altamente sofisticados"

Un banco pagará a una ovetense más de 512.000 euros por dejarla sin dinero

Una ovetense tendrá que ser indemnizada por una entidad financiera con más de 512.000 euros por haber invertido todo su capital -más de un millón de euros- en productos financieros "altamente sofisticados" y sin facilitarle la información ni explicaciones para que pudiera decidir si quería o no realizar esas operaciones de alto riesgo. Los movimientos del banco provocaron que la mujer se quedara sin liquidez y tuviera que pedir un crédito de más de 200.000 euros, que el propio banco le concedió.

La sentencia, dictada por el Juzgado de primera instancia 3 de Oviedo, establece el abono de la cuantía individual más elevada que se conoce en Asturias en este tipo de demandas, según afirmó el abogado que dirigió el pleito contra el banco, Pedro Fanjul.

El fallo judicial establece que la entidad actuó invirtiendo en productos "inadecuados para el perfil de la clienta -ama de casa sin estudios- dada su complejidad, sin dar información sobre los riesgos, sin realizar cuestionario de idoneidad, sin explicaciones, sin entregar documentación precontractual, pasando los contratos a la firma después de hacer las inversiones y no actuando en interés de la cliente, lo que le generó perjuicios económicos".

La mujer había otorgado un poder a su hija, que también carece de formación financiera y que en el juicio declaró que cuando su madre no estaba, la llamaban del banco para firmar "apresuradamente, que nunca le entregaron documentos ni información". Y remarcó que tanto ella como su madre siempre advirtieron al banco que querían que "el capital estuviera seguro".

La entidad financiera, por su parte, alegó en la vista oral que el que intervenía en las operaciones era la ahora expareja de la hija, lo que ella negó. También aseguró el banco que la denunciante tenía gastos muy elevados y que "buscaba obtener unos intereses muy altos", "rentabilidad a corto plazo", y que se le dio información.

Sin embargo, el magistrado, José Manuel Raposo Fernández, una vez examinadas las pruebas, concluyó que "los productos financieros examinados son de elevado riesgo, extremadamente complejos y altamente sofisticados. Fueron 'colocados' a la demandante mediante modelos de contrato impresos con letra pequeña y plagados de tecnicismos". Y añadió que "es obvio que lo sencillo necesita ser explicado con muy pocas palabras".

También indica que "está muy claro" que los productos financieros en los que se invirtió "eran completamente desaconsejables para una ama de casa que jamás fue a la escuela, por mucho capital que esta tuviera disponible para invertir". Por si quedara poco claro, en la sentencia se concluye que "una persona con dinero y valores por un monto superior al millón de euros, como es el caso, no necesitaba aventurarse en ninguna operación de riesgo".

Pero además, asevera el juez, la información que figura en los documentos bancarios es "deficiente" porque "la redacción está pensada para especialistas experimentados o expertos financieros. No está diseñada de modo llano y sencillo, para que pueda ser comprendida por personas sin formación". Y no solo eso. Concluye que "por muchas veces" que la madre o la hija "hubiesen leído dichos documentos, no habrían entendido absolutamente nada".

El banco puede recurrir.

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