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La Cofradía de Doña Gontrodo, en peligro de extinción

La única hermandad gastronómica de España compuesta por mujeres decide el día 24 si se deshace o continúa

La Cofradía de Doña Gontrodo durante un desfile por el Antiguo. LNE

La única cofradía gastronómica de España compuesta sólo por mujeres está al borde de la desaparición. Las trece integrantes de Doña Gontrodo se reunirán el próximo miércoles para tomar una decisión definitiva: deshacer la hermandad o apostar por ella con aire renovado. Su presidenta, María Luisa Llavona, llama a "las mujeres amantes de la buena cocina y de la innovación gastronómica basada en la tradición de casa" a inscribirse en la agrupación para no dejarla morir.

De las 28 mujeres que inauguraron la cofradía en 2006, quince la han abandonado por distintas razones. Tres de ellas fallecieron, otras enfermaron y al resto les fue imposible compaginar la intensa actividad del colectivo con sus quehaceres diarios. "El 'abuelismo' ha terminado por imponerse. Muchas tienen que cuidar de sus nietos porque sus hijos no pueden y las fechas coinciden de pleno con la programación de la cofradía", explica Llavona.

El objetivo de Doña Gontrodo es la defensa y promoción de la gastronomía asturiana y el rescate de recetas ancestrales para que no pasen al olvido. Eso implica viajar por toda la geografía regional y nacional para asistir a Grandes Capítulos de otras cofradías, encuentros nacionales de la Federación Española de Cofradías Vínicas y Gastronómicas (Fecoes) y a Congresos Europeos. La edad también es un factor decisivo en la posible desaparición de la cofradía femenina. "Somos cada vez más mayores", dice la presidenta. La media de edad en Doña Gontrodo es de 70 años. La cofrade más joven tiene 48 años y la más mayor 79. "No pierdo la esperanza de que las nuevas generaciones quieran unirse a este proyecto y espero que las hamburguesas, los perritos calientes y la comida rápida no se impongan a la cocina cuidada de toda la vida y a la alta gastronomía", reflexiona Llavona.

La cofradía ovetense lleva el nombre de la madre de la reina Doña Urraca, que se retiró a la vida monacal y fundó el Monasterio de la Vega en Oviedo. Además, fue abadesa en Las Pelayas, donde actualmente reposan sus restos. De hecho, la hermandad le rinde cada año un homenaje floral en su tumba.

La labor didáctica de la cofradía fue premiada en 2014 por la Federación Española de Cofradías Enogastronómicas.

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