El nuevo decano del Colegio de Abogados de Oviedo, Luis Albo Aguirre, tomó ayer posesión del cargo defendiendo la dignidad de una profesión que ejerce desde hace cuatro décadas y que sigue amando como el primer día. "En estos tiempos de continuas agresiones a nuestra profesión debemos ser intransigentes. Tenemos que recordar que uno de los fines de nuestro colegio es la defensa de los valores de la Constitución y los derechos humanos, lo que nos exige una actuación enérgica y un comportamiento incluso beligerante contra el mas mínimo cercenamiento de la tutela judicial efectiva", dijo durante su discurso. "Con frecuencia se olvida que invertir en justicia es fomentar la paz social", añadió.

Albo Aguirre, que arrasó en las elecciones celebradas el pasado día 5 de abril al obtener casi el ochenta por ciento de los votos frente a su adversario José Enrique Carrero-Blanco, sigue orientando su profesión en base a tres pilares: "la búsqueda de la justicia, la impronta de la esperanza y la lealtad". Y es que, según defiende, prefiere "una dama de la justicia sin vendas en los ojos, para que vea la desigualdad y la injusticia y para que nos recuerde constantemente a todos los abogados y abogadas las necesidades y reclamos de nuestros conciudadanos". En su opinión, "la lealtad ha de ser la principal divisa del abogado, algo que se debe conservar a toda costa porque una vez perdida ya no regresa nunca".

A lo largo de su discurso, Luis Albo Aguirre también tuvo tiempo para el recuerdo y la emotividad. Explicó como, al llegar a Oviedo a estudiar desde Basauri (Bilbao) "disfrutaba de los días y las noches como si no hubiese un mañana", como consiguió casarse "con la primera de la clase" y las experiencias con sus "amigos" del colegio de abogados durante décadas de implicación. También le dio las gracias a su madre, presente en una sala repleta hasta los topes, por haber sido esposa, madre y abuela de abogados. Para cerrar su intervención le dio también las gracias a su padre, que fue quien le enseñó a amar a la profesión y a respetarla por encima de todo.

Luis Albo Aguirre, que tiene 68 años y es un hincha incondicional del Athletic de Bilbao, también hizo referencias a las bonanzas del mus, a los logros de sus antecesores en el cargo o a los retos que le esperan al frente de una institución que tiene 250 años de historia. "Nada de retractarse, nada de rendirse, la voz de la abogacía debe seguir escuchándose alta y clara", subrayó.

Durante el acto de ayer también tomaron posesión del cargo el resto de componentes de la junta la asamblea permanente del colegio, presidida por Carmen Turiel de Paz.