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Ermonela Jaho: "Si quieres que el público llore, tienes que llorar tú"

La soprano albanesa, estrella operística internacional, llega hoy al Auditorio con el tenor Bernheim y la dirección de Alain Guingal

Decidió convertirse en cantante de ópera tras asistir a una representación de "La traviata", un título que le conmovió cuando tenía solo catorce años en el Teatro de la Ópera de Tirana. "Entonces supe que aquello era lo que me tocaba el corazón y a lo que quería dedicarme". Hoy en día, la soprano albanesa Ermonela Jaho no solo se conmueve con la historia de Violetta Valéry, sino que conmueve a medio mundo con sus interpretaciones. El público la adora, como quedó demostrado en 2016 cuando los aficionados la eligieron a ella como ganadora de uno de los Opera Awards, los "Oscar" de la lírica.

Esta tarde actúa en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo junto al tenor Benjamin Bernheim y la orquesta Oviedo Filarmonía, todos dirigidos por el maestro Alain Guingal, en un recital lírico que forma parte de la programación de Los Conciertos del Auditorio. Su actuación (20.00 horas, 30/26 euros, entradas en la taquilla del Campoamor o en la página web entradas.oviedo.es) hace un repaso por varias de las arias y duos más famosos del repertorio operístico.

"Benjamin y yo hemos diseñado un programa lleno de grandes éxitos". explica. Con el recorrido a través de la ópera francesa del siglo XIX y el verismo italiano, Jaho espera que esa variedad aporte frescura al recital y sea interesante para el público.

Su conmovedora interpretación de "Madama Butterfly" en el Teatro Real en 2017 marcó un hito en la forma en la que el público español valoró su carrera.

Su capacidad para transmitir las emociones de Cio-Cio San de un modo tan veraz pusieron de manifiesto que la ópera es mucho más que canto. "Me implico mucho en intentar sentir como sienten los personajes que interpreto y proyectar todo ese torbellino de emociones. Siempre pensamos que la voz está controlada y se genera por la intervención de algunos órganos del cuerpo coordinados, pero lo cierto es que las emociones tienen un peso enorme en la producción de la voz. No olvidemos que si tú quieres hacer llorar al público primero tienes que llorar tú".

Para la soprano, su paso por Oviedo tiene otros alicientes. Será la primera vez que canta junto a Benjamin Bernheim, aunque, matiza Jaho, "nos seguimos" artísticamente hablando "desde hace mucho tiempo en multitud de proyectos que hemos realizado por separado".

Tiene también buenas palabras para el director Alain Guingal, de quien asegura que "es uno de los mejores directores para abordar el repertorio francés". "Además, nos empuja a dar el máximo por esa energía que tiene y que sabe transmitir tan bien: Creo que nos entendemos bien, y generamos ese tipo de química que luego el público puede percibir".

El "bel canto" ha sido siempre el entorno en el que mejor se ha desenvuelto la soprano albanesa, pero no pretende quedarse sólo ahí. "Estoy siempre buscando retos que me saquen de mi zona de confort", siempre y cuando ofrezcan "unas mínimas garantías de que mi voz va a responder, ya que no puedo ignorar su naturaleza y necesidades".

Hace un énfasis especial en que si tuviera que aconsejar a un cantante joven que quiere iniciarse en este negocio "y permanecer algún tiempo en él", le diría que lo más importante es "escucharse a sí mismo y cambiar de repertorio solo si la voz lo pide".

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