"Aluciné bastante al saber que la Cocina Económica funciona gracias a 200 voluntarios. No tenía ni idea de que hay gente que se esfuerza tanto por dar de comer a los que no tienen". Pelayo Varela, alumno de primero de Bachillerato del Colegio Amor de Dios, visitó ayer con sus compañeros cuatro emplazamientos del casco antiguo relacionados con la Iglesia. Los chavales formaban parte de un grupo aún más grande -de unas 700 personas- procedente de una veintena de centros educativos de toda Asturias. Eran alumnos de Religión que participaron en la primera jornada de "Oviedo trascendente", organizada por la Delegación Episcopal de Enseñanza para dar a conocer parte del patrimonio cultural y religioso de la ciudad.
Cada grupo, de cuarto de ESO y primero de Bachillerato, había elegido previamente los cuatro lugares que quería visitar de una lista de veintidós. En el menú estaban la Cámara Santa, la capilla del Rey Casto, el retablo mayor de la Catedral, Manos Unidas, el albergue Cano Mata, la Cocina Económica, la biblioteca del Seminario, las Pelayas o el centro de inmigrantes de la congregación de María Inmaculada. Según la coordinadora de la actividad, Pilar Hernández, el objetivo de las jornada es que las nuevas generaciones conozcan "la belleza y la bondad" que les rodea, sin ir más lejos, en el Antiguo.
La Asociación Belenista de Oviedo fue una de las agrupaciones elegidas para mostrar a los estudiantes el trabajo desinteresado. Carlos Ortiz y Pablo Mortera, vicepresidente y vocal de la asociación, enseñaron a los chicos el proceso de creación de un belén, su arquitectura y sus figuras. Lo hicieron en una sala de la iglesia de San Tirso, tomando como base una enorme mesa en la que desplegaron sus materiales habituales: poliestireno expandido, madera de balsa o espuma de poliuretano. Durante cuarenta minutos, los chavales recibieron una clase exprés de manualidades. Claudia García, Andrea Maseda y Ángela Fernández, del Colegio Sagrada Familia El Pilar (Pola de Lena) asistieron a la lección a eso de las 13.00 horas, media hora antes de que empezara el acto de clausura de la jornada, que consistió en un concierto en la plaza del Paraguas a cargo del cantautor "Migueli". "Es increíble el trabajo que hacen los voluntarios a lo largo del año. Lo hemos visto también en Manos Unidas y en el albergue Cano Mata", dijo uno de las chicas durante una pausa.
A la misma hora, el deán, Benito Gallego, recibió a un grupo de las Teresianas delante del retablo mayor de la Catedral. Les explicó que es una obra de estilo tardogótico hispano-flamenco, hecha con madera policromada y que no tiene nada que envidiar a los retablos de Toledo o Sevilla. Mientras, en la calle San Isidoro, las voluntarias de Manos Unidas contaron a los estudiantes del IES Río Piles, (Pola de Siero) sus proyectos en los países menos desarrollados. "Esto es un modelo a seguir", dijo uno de los chavales, impresionado de que desde el Antiguo se colaborase con Mozambique, Malawi o Zimbabwe para gestionar a las peticiones de ayuda tras el paso del ciclón Idai.
