Con cuidado iba recogiendo una a una sus flores. Al llegar a casa las extendía todas sobre un tablero apoyado en unos caballetes, aquella mesa improvisada era temporal, hasta que terminase de secar todas las florecillas que recopilaba. Cada día salía y recolectaba una diferente. Pero de la que más cogía era de espino blanco. Siempre en las infusiones añadía un poco de aquellos pétalos tan delicados que con esmero recolectaba en primavera. Y créanme que no estaba mal la mezcla. En alguna ocasión me toco probar aquel cóctel y después de beberlo se veía todo de otra manera.
Endémico del Sur de Europa y Norte de África, y aunque muchos lo conocen por su nombre científico, "Crataegus", es mucho más común su nombre común, espino blanco o majuelo. Nos lo podemos encontrar en prácticamente cualquier lugar de la península, ya que crecen silvestres. Desde el punto de vista ornamental todos son importantes, pero los más demandados en jardinería son los de flores rosas. Los silvestres, con los que se suele estar más familiarizado, son de color blanco. Tienen un porte pequeño, incluso en la circunstancia más optimista nunca va a llegar a superar los siete metros de alto.
La orientación es muy importante, prefiere la exposición soleada, o semisombra. En cuanto a terreno no es muy exigente, adaptándose a suelos arcillosos o incluso calcáreos. Los riegos deben ser moderados, evitando los encharcamientos, para ello tendremos que prestar atención al tipo de suelo que tenemos, en caso de ser arcilloso los riegos deben ser escasos, regando solo cuando el terreno se va secando y no mucha cantidad. Si hay algo que no le gusta al espino es la salinidad, por lo que se requiere especial cuidado a la hora de buscar un lugar y estar cerca de la costa. Admite la poda, bien para darle forma, incluso si estas son agresivas, o podas más leves para eliminar alguna rama seca. Una de las ventajas que tiene este tipo de planta es que se puede cultivar como arbusto, de manera aislada o formando setos, esto es muy interesante ya que sus ramas forman un entramado muy difícil de atravesar, o bien como árbol de copa, aunque esto es más complicado ya que se debe partir de un ejemplar que venga trabajado en copa. De hoja caduca, al llegar estas fechas sus ramas con diminutas hojas se llenan de flores que al llegar el otoño darán lugar a frutos. Para que la floración sea más abundante les recomiendo abonar a finales de invierno y luego a mediados de verano.
Conseguir uno es fácil. Los frutos albergan en su interior semillas que germinan con facilidad, para ello lo que se puede hacer es recolectar unos cuantos, y una vez que las semillas han pasado unas semanas en el frigo éstas se pueden plantar, o bien sembrar directamente sin que pasen por la nevera; terminaran saliendo, si, pero tardaran un poco más. Otro método es por esqueje en el que se hacen enraizar en una mezcla de arena y turba.
Suele ser algo rápido, pero no tanto como adquirir el ejemplar ya crecidito. Por acodo también se puede conseguir y el tiempo es prácticamente similar que con el esqueje.
Al ser una rosácea, es sensible al fuego bacteriano, es importantísimo estar atento a cualquier síntoma. Los oídios y las royas son otro problema a tener en cuenta, se puede tratar con cobre o con un macerado de cola de caballo en agua, que es muy efectivo. En cuando a plagas, los pulgones, las orugas y las minadoras son sus enemigos; los tratamientos con jabón potásico dan muy buenos resultados.
Las partes que más se utilizan de estas plantas son los frutos, las hojas, en algunas ocasiones la corteza, y las flores. Es decir, casi todo. Son muchas sus propiedades, pero por lo quizás sea más conocido y usado es por lo bien que le va al corazón, pues es vasodilatador, por lo que la sangre circula mucho mejor, ayuda a calmar los nervios, es sedante, lucha contra el insomnio, para la migraña puede ser muy interesante y regula la tensión arterial. Y si el problema esta en el aparato respiratorio la solución la podemos encontrar en una infusión de sus flores. Si nos remontamos a unos años atrás se creía que protegía de los malos espíritus; bueno, según en que zona también eso se sigue creyendo en la actualidad.
