La Academia de la Llingua ha roto una lanza en favor del teatro. Lo ha hecho en el número 35 de su revista "Lliteratura", que ayer se presentó en Libroviedo. La coordinadora de la publicación, Marta Mori, explicó que desde el número anterior se decidió incluir un dossier monográfico sobre una manifestación literaria y que en esta ocasión se ha optado por el teatro, "una de las manifestaciones artísticas peor tratadas". Para Mori, "se trata de un género que nunca se ha tenido suficientemente en cuenta en la crítica y la historia de la literatura". Por eso la Academia consideró "imprescindible" incluir este monográfico en su revista.

Para esa defensa del teatro se han elegido textos de Laura Iglesias ("Higiénico Papel") y Montserrat Garnacho. También un monólogo de Ramón Lluis Bande sobre Belarmino Tomás; otro monólogo, en este caso existencial, de Xurde Fernández y dos más en clave humorística de Cellero e Inaciu, "que están intentando renovar el monólogo popular asturiano", apuntó Mori.

Entre los textos que destacó la coordinadora cabe citar la versión de "El Aleph" de Sergio Buelga y la traducción al asturiano de la ópera bufa de Pergolesi "La sierva patrona" que ha hecho Toño Caamaño.

Buelga, director de la "Compañía Asturiana de Comedias", vio una de esas míticas entrevistas de Borges en TVE y escribió su propio "Aleph", "una versión imaginada protagonizada por mí mismo", explicó el autor. En realidad, confesó, "esto es teatro ficción o literatura recreativa".

Tanto Buelga como Caamaño hablaron de las dificultades existentes para poner en escena obras de teatro en asturiano. Toño Caamaño explicó que la única oportunidad es la que ofrece la Administración. Respecto a su obra, Caamaño explicó que no se trata de una traducción literal del italiano al asturiano sino de "una adaptación al contexto asturiano del libreto de la ópera". Apuntó, además, que "al ser una comedia bufa hay más libertad en la traducción".

La coordinadora de la revista "Lliteratura" añadió a la relación de autores que colaboran en la publicación los nombres de Pablo Testa, Lurdes Álvarez, Xurde Álvarez y Roberto González Quevedo, algo que demuestra que "el asturiano es una lengua de cultura".