"El patrimonio de la Fábrica de Armas de Trubia se encuentra en un estado de insuficiente protección; debería haberse declarado protegido todo el conjunto y no sólo el edificio en sí mismo". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana Natalia Tielve, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, que protagonizó la conferencia de clausura del ciclo dedicado al 225.º aniversario de la Fábrica de Armas de Trubia y a los 175 años de la llegada del general Elorza, organizado desde la Fundación de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo.

"La fábrica y su entorno se encuentran en una situación similar a la que denunciamos hace diez años, protegidos de una forma exigua e injusta", lamentó Tielve, que es la secretaria de la Asociación Arqueología Industrial, Patrimonio Cultural y Natural (Incuna), cuyos miembros instaron a la declaración de la fábrica como Bien de Interés Cultural, igual que se hizo en otras fábricas de armas de España, como la de La Cavada, en Cantabria. También se promovió la inclusión del conjunto dentro del inventario de patrimonio cultural de Asturias, así como la declaración de bien de interés cultural para el taller de artillería de forma individual, igual que se hizo con el castillete de la mina de Arnao.

"El objetivo era llamar la atención sobre la situación de la fábrica. Los resultados parciales quedaron recogidos en una publicación", añadió Tielve, que estuvo acompañada por Roberto Sánchez Ramos, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y presidente de la Fundación Municipal de Cultura, y el geógrafo Toño Huerta, coordinador del ciclo. Tielve insistió en la necesidad de intervenir y rehabilitar piezas abandonadas, a fin de rescatar en la medida de lo posible la factoría que marcó un antes y un después en la historia del Trubia y del limítrofe concejo de Grado, como destacó Sánchez Ramos.