Oviedo se convirtió ayer en la capital española de las encajeras. En el Palacio de Calatrava se dieron cita más de 1.200 palilleras de toda España, que abarcaron todos los estilos de esta siempre difícil tarea artística. Esta fue la 16.ª edición que organizó la Asociación de Encajeras "Ciudad de Oviedo", que el primer año reunió a doscientas palilleras.

Hasta el año pasado, la reunión anual se celebraba en una carpa situada en la Losa. Este año el cambio fue sustancial y las encajeras de bolillos lo agradecieron.

Entre todas las participantes, con una edad de 40 años hacia arriba, destacaba la pequeña gijonesa Yara Menéndez, de solo 6 años, y que a los 3 se inició en el difícil arte de los palillos de mano de su madre, Vanesa Gómez. Ayer, con su hija pequeña en brazos, Maira Menéndez, que aún no cumplió el año, ya la estaba introduciendo en esta disciplina. "No me parece difícil, igual es porque me gusta mucho", comentaba tímidamente Yara mientras se afanaba en el trabajo de hacer un marcapáginas de gato manejando con asombrosa soltura los palillos. No sabe cuánto tiempo le puede llevar hacerlo, pero sí que serán "un montón de horas". Sin quererlo, fue el foco de atención de sus compañeras.

Y entre todas ellas moviéndose sin parar, la presidenta del colectivo organizador de este evento, la cacereña afincada en Oviedo Rosa Estrella Brasero, que lleva dando clase de esta disciplina desde hace casi treinta años. "Esta iniciativa surgió por la necesidad que teníamos las encajeras de juntarnos para intercambiar labores y técnicas. El primer año nos juntamos solo con nuestras compañeras de Candás y Gijón, hoy hay representantes de todas las comunidades autónomas", comentó con satisfacción.

Abanicos, elementos ornamentales de toda clase, mantillas y hasta un vestido de boda se pudieron ver ayer en la cita anual de las encajeras.