Un día espectacular, la Catedral de fondo y muchas ganas de colaborar con una buena causa. La marcha contra el cáncer tuvo ayer todos los ingredientes para vivir una jornada de fiesta sin olvidar la importancia de toda ayuda para hacer frente a una enfermedad de la que nadie está libre. Más de 3.000 personas se lanzaron al trote a las calles del centro de Oviedo para participar en una iniciativa ya tradicional cuyos beneficios permitirán financiar una investigación predoctoral sobre este tipo de patologías.

A la nutrida representación ovetense se sumaron cientos y cientos de visitantes venidos de toda Asturias con una clara vocación de colaborar. "Hay que sumar fuerzas porque es una enfermedad que nos toca a todos", declaró la edil noreñense, Pilar Cuesta, encargada de coordinar el autobús llegado para la ocasión desde la Villa Condal.

Entre los que jugaban en casa destacaron las mujeres del grupo de marcha nórdica que cada miércoles se reúne para practicar este deporte en la ciudad y que se presentaron en la salida con los bastones cruzados y en alto. "Hacemos ejercicio, colaboramos y encima disfrutamos de un gran ambiente festivo", explicó Verónica Casaus, una de las integrantes de este colectivo.

Aunque a priori se trata de una cita solidaria, también hubo un hueco para la competición. En esta ocasión el atleta local Pablo Ibáñez se alzó con el triunfo. El corredor llegó en solitario a la meta tras poco más de un cuarto de hora y aprovechó el momento para acordarse de varios fallecidos por cáncer. "Se lo dedico al padre y el tío de un amigo, fallecidos recientemente por la enfermedad", explicó Ibáñez, que también perdió a su padre hace seis años por la enfermedad.

La organización se mostró muy satisfecha con la respuesta y recordó que hasta el 13 de junio queda abierto el plazo de solicitud para la beca sufragada con la recaudación.

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- Carrera Solidaria "Asturias contra el Cáncer, AECC en marcha"