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El cimborrio y las vidrieras de San Juan, en peligro de derrumbe si no se actúa ya

El párroco pide al Ayuntamiento que agilice los trámites que permitan desmontar con urgencia los elementos que pueden caer a la calle

La basílica de San Juan, con el cimborrio y la cúpula andamiados. L. M.

La basílica de San Juan el Real necesita una actuación urgente ante el peligro de derrumbe de algunos de sus elementos más simbólicos, el cimborrio y las vidrieras. Así lo advirtió ayer su párroco, Javier Suárez, que pide al Ayuntamiento de Oviedo que conceda cuanto antes el permiso para realizar las obras necesarias en la parte alta del templo y retirar las piezas que corren peligro.

"Lo más urgente es desmontar el cimborrio, que está muy agrietado, y las vidrieras, que corren peligro de caerse sobre la calle Campoamor", advirtió el párroco. Las piezas no acabarían en la acera y, en principio, sería muy difícil que causasen daños a los peatones, ya que en esa zona se ha colocado un andamio y una valla protectora. "Se puso el andamio para poder acceder a la parte alta del templo y analizar el estado de la cúpula, pero también para evitar que se desprendiesen esos elementos", apuntó Suárez.

El templo necesita el permiso del Ayuntamiento y del servicio de Patrimonio del Principado para realizar estas actuaciones. La basílica de San Juan el Real está catalogada como Bien de Protección Integral. Tanto el Ayuntamiento como el Principado concedieron sin problemas el permiso para poder colocar los andamios y subir a la cúpula para elaborar el informe.

El mal estado de estas piezas se desprende del informe realizado por el arquitecto Fernando Secades, que ya ha sido entregado al Ayuntamiento para solicitar esos permisos. Este será el primer paso de un largo proceso de restauración que podría prolongarse durante meses y que tendrá un coste superior a los dos millones de euros, según reconoció ayer el párroco. "Aún no sabemos cuánto va a costar porque lo que tenemos es un informe. Si nos aprueban la actuación de reforma deberíamos elaborar un proyecto y sacarlo a concurso, pero ya sabemos que va a sobrepasar los dos millones de euros en su totalidad", dijo Suárez.

Será una gran inversión a la que el templo deberá hacer frente con un crédito bancario. El párroco espera la aportación de los fieles y entidades privadas para poder pagar las cuotas de tan elevado préstamo. El párroco explicó que "se pedirá dinero a la gente, que lo podrá dar o prestar, para ir amortizando el crédito". Además, y teniendo en cuenta la catalogación del edificio, se pedirán subvenciones tanto al Principado como al Ayuntamiento de Oviedo. "Intentaremos conseguir dinero por todos los medios", explicó el párroco.

Este informe inicial ha sacado a la luz la imposibilidad de recuperar también los ocho ángeles de la parte alta de la basílica. Unos responden a la obra original del templo, entre los años 1905 y 1915, y los restantes se colocaron tras los desperfectos que sufrió el exterior de la basílica durante los bombardeos de la Guerra Civil.

Javier Suárez es consciente de que no se podrán recuperar los ángeles, pero ahora lo que más le preocupa son el cimborrio y las vidrieras, que de no retirarse podrían caer y perderse para siempre.

Los técnicos responsables del estudio preparan ya el proyecto para desarrollarlo en el menor tiempo posible, una vez que tengan luz verde del Ejecutivo regional.

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