Como el libro de referencia de Eco, "Apocalípticos o integrados", el debate organizado ayer por la Escuela de Informática de Oviedo para sentar a los candidatos de los principales partidos a hablar de "ciudadanía digital" opuso, en el fondo, dos modelos: el del candidato del PSOE, Wenceslao López, el de la cautela y las señales de alarma ante lo que llamó "la especulación de lo smart"; y el del PP, representado en el debate por el número cuatro de la lista, Javier Cuesta, marcado por el optimismo digital y la necesidad de lanzarse en brazos de la digitalización de todos los servicios.

De uno a otro lado, Luis Pacho, de Ciudadanos, aparentó ser el más tecnológico, pues era el único que anotaba e iba armado con una tablet, frente a los papeles y los bolis del resto de candidatos. Pero todos, tanto los cautos como los entusiastas, coincidieron en lo esencial de las preguntas planteadas por el director de la Escuela, Benjamín López. Todos quieren extender internet en la zona rural para que todos los vecinos tengan más servicios, todos quieren avanzar en el uso de programas de software libre y código abierto con "las limitaciones" obligadas, como apuntó el Alcalde. Todos quieren, también, que haya más servicios y más posibilidades para que los ciudadanos puedan aprovecharse de las facilidades. Pero hasta en estos puntos en común hubo enfrentamientos.

La discordia la inició el candidato del PSOE, Wenceslao López cuando alertó contra "los que se gastaron millones de fondos públicos en comprarse maquinistas" los Ayuntamientos que se enamoraron de tecnologías "que hoy no valen para nada". "No descubrieron el mundo smart", resumió López, " descubrieron la especulación smart comprando cacharros que les iban a hacer ricos". Su consejo, final, que hay que prever el ritmo de evolución tecnológico. "Hay que saber qué ola coges y cuándo la coges, eso es muy importante, como cuando surfeas",

La respuesta de Javier Cuesta (PP) no se hizo esperar. Empezó sacando pecho por ser el único partido con un programa específico sobre cuestiones digitales (los compañeros de mesa se lo negarían luego) y denunció que la situación tecnológica del Ayuntamiento ha sido "de vuelta al pasado". "En materia de gestión, hemos vuelto al siglo XX, al del papel y el boli, que es con lo que ponen ahora las multas nuestra policía, denunció, y con montañas de papel en el registro". En su respuesta directa a Wenceslao López admitió que se podía tener "cierta prudencia", pero no tanta. "No puedes esperar todos los trenes porque al final pasan todos y no coges ninguno. Dicen que lo smart era un cuento, pero lo cierto es que Oviedo no está en ninguna transformación tecnológica y la web es una castaña".

La queja por el estado de las webs y la necesidad de tener aplicaciones fue un lugar común que se repitió varias veces. López tuvo tiempo, también, para responder al PP, algo enfadado, que si los policías ponían multas con papeles y bolis en sus viejos talonarios era porque se había paralizado un contrato por la trama corrupta de "Enredadera".