Destrozados y "en una nube para mal". Así está la familia de David Carragal Garay, el joven de 33 años fallecido ayer después de luchar durante una semana por su vida tras recibir una brutal paliza el pasado lunes cuando volvía a casa tras las fiestas de La Florida. David falleció en el HUCA a primera hora de la tarde de ayer. Su estado se había agravado desde el viernes y, pese a que luchó todo lo que pudo y los médicos hicieron "milagros", no pudo ser. Su vida se apagó y su muerte conmocionó a toda Asturias, especialmente a su localidad natal, Cudillero, y a Oviedo, donde vivía.

Lo sucedido es tan inexplicable que la familia no se lo acaba de creer. David había ido a ver a la orquesta "Panorama" y, cuando se dirigía a casa, unos desconocidos le pidieron tabaco, les dijo que no fumaba y la emprendieron a golpes, "muchos y muy fuertes en la cabeza", según cuentan sus familiares. Tan fuertes que fue ingresado muy grave directamente en la UCI del HUCA y, tras una lucha agónica, no pudo superarlo. Iba con dos amigas, por el momento las únicas personas que han podido aportar algún dato sobre la agresión.

Su primo Diego Carragal estuvo siempre a su lado en el HUCA, ayer estaba roto de dolor pero quería agradecer "todo el apoyo recibido de toda Asturias". La familia está convencida de que "David se lo merecía, se merecía este apoyo y este cariño, lo único que no merecía es lo que le pasó", cuenta su primo. Saben que el chico, diplomado en Magisterio, deportista y que nunca se metía en líos, "era muy querido en Cudillero y en Oviedo".

La familia agradece todo el cariño que está recibiendo, aunque reconoce que "no es consuelo porque no hay consuelo para esta pérdida", la de un chaval de 33 años que se encontró con la muerte de madrugada.

La familia permanece en contacto con la Policía, que busca a los agresores, "ojalá den pronto con ellos", y piden la colaboración ciudadana. "Cualquier detalle, cualquier cosa nos puede ayudar mucho", dice Diego Carragal.

David Carragal había empeorado el viernes. El domingo entró en muerte cerebral, pero tanto él como los médicos siguieron luchando. "Esta muy mal, muy mal", decían ayer por la mañana los familiares. Sabían, casi desde el primer momento, que las lesiones eran gravísimas y el pronóstico muy duro, pero "aun sabiendo lo que había no nos podemos creer que haya muerto", se lamentaba ayer por la noche su primo Diego, que había estado al pie del cañón durante los últimos días y que siempre mantuvo un hilo de esperanza.

La familia tramita todo lo necesario para poder decir el último adiós al joven. Ayer por la noche aún no sabían cómo ni cuándo será el funeral. La muerte se produjo por una brutal agresión, hay una intensa investigación policial en marcha, y todo esto hace más lento el proceso.

Una familia destrozada por la sinrazón. Un joven que el sábado iba a presentarse a las oposiciones a profesor de Primaria y que tenía trabajo en Londres para septiembre. Una tragedia que nadie quiere que se repita.