Oviedo perdió ayer a uno de sus hosteleros más queridos, Julio Álvarez del Castillo, propietario del café bar Castillo, en la calle Carpio, junto a la plaza del Sol.

Julio "el del Castillo" falleció ayer a los 62 años de edad. Muchos se lo temían después de ver cómo el bar había cerrado sus puertas hace unos días. El desenlace se conoció ayer. Julio será despedido mañana, jueves, a las 13.00 horas en un funeral de cuerpo presente en la iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán (los Dominicos), y, acto seguido, se procederá a su incineración.

Julio era una institución en el Oviedo antiguo. "Llevaba aquí toda la vida", decía ayer Manuel Almeida, presidente de la Asociación de Vecinos "Oviedo Redondo". Toda una vida que tuvo su gran momento en los noventa, cuando el bar se convirtió en punto de reunión de la juventud ovetense. El escritor y académico de la llingua Pablo Texón se sentía ayer "un poco huérfano". El Castillo era un bar de barrio, de esos en los que los vecinos van a tomar café o un vaso de vino. La juventud lo tomó como referencia años más tarde y se convirtió en punto de reunión de cierta modernidad e intelectuales indies de la época.

Hostelero amable y de los que aguantan, Julio pertenecía a esa saga en la que también están el Campa y el Chicote, otros dos bares clásicos de la plaza del Sol. José Campa estaba casado con la hermana de Paco Chicote, y la hermana de Paco Chicote, Remedios Álvarez, es ahora la viuda de Julio del Castillo. Además, apunta Pablo Texón, "Julio era pariente de Antón Chicote, el mitiquísimo chigregro cangués".

Además de un recordado hostelero, Julio era "un vecino muy querido", en palabras de Manuel Almeida. Del Castillo era miembro de "Oviedo Redondo" y, pese a que su trabajo no le permitía acudir a todas las actividades que organizaba la asociación, "sí se involucraba y apoyaba todo lo que le pedías". Los socios de "Oviedo Redondo" solían hacer reuniones en el Castillo y ahora lo echarán de menos. "Los bares son siempre punto de encuentro y el Castillo era uno de ellos en el Oviedo antiguo", dijo ayer Almeida. Un ejemplo de ello es la peña Fañagüetu de seguidores del Real Oviedo, que durante algún tiempo tuvo en el Castillo su sede.

Julio luchó contra el cáncer y no pudo superarlo. Mañana Oviedo despedirá a un hostelero querido y a buen seguro que muchos de sus clientes y amigos brindarán por él.