Rocambolesca historia en el barrio de Santo Domingo con una bicicleta de por medio, un árbol al que su dueño la había amarrado y la grúa municipal, que la retiró y multó al dueño. Llevar a rajatabla las normas puede dar lugar a situaciones como la de ayer, cerca del número nueve de la calle Fernando Alonso.

El operativo sorprendió a los vecinos a primera hora de la tarde, cuando vieron una unidad de bomberos y otra de la policía local. El problema, según declararon testigos presenciales era que en el Ayuntamiento se había recibido una llamada denunciando la presencia, desde hacía meses, de una bicicleta candada a un árbol.

Pese a la llamada telefónica, otros vecinos del barrio declararon que conocían al dueño de la bicicleta, que la utilizaba a diario y que en ningún caso llevaba atada al árbol meses.

Pese a todo, los bomberos procedieron a cortar el candado de la bicicleta con una cizalla y la grúa la cargó para llevársela al depósito. Alertado de que la Policía se estaba llevando su bici, testigos de la escena declararon que el dueño había dado por perdido el vehículo: "pero si me costó 70 euros".

El precio de su bicicleta sería, así, inferior al de las tasas de arrastre de la grúa y también de la multa de 200 euros que, según testigos del incidente, le habría puesto la policía por haber dejado la bicicleta abandonada y atada a un elemento del espacio público. Quienes vieron el incidente insistieron, no obstante, en que la bicicleta no molestaba en el lugar en que su dueño la había dejado encadenada. Más, tratándose de una acera ancha como es el caso de ese tramo de la calle Fernando Alonso.