Jonathan Lobo vivió el pasado 26 de mayo la mañana más angustiosa de su vida. El joven, vecino de Valdesoto (Siero), acudía como cada mañana a su Oviedo natal para trabajar cuando de repente vio algo en el arcén. Una chica yacía en el suelo con la cabeza ensangrentada y claramente aturdida. No lo dudó ni un segundo y paró a prestarle su ayuda. Más adelante vio un coche volcado entre la vegetación y al acercarse vio a otra chica atrapada entre el amasijo de hierros. "Respiraba agonizante", relata Lobo sobre el estado en el que se encontró a Nathaly Worman, la chica de 21 años fallecida el 29 de junio a consecuencia de las heridas sufridas. "Solo hice lo que debía" explica el joven, cuyo pesar ahora es que finalmente Nathaly no pudiera salvar la vida.
La llegada de Jonathan Lobo al lugar del siniestro se produjo en torno a las nueve menos veinte de la mañana, casi una hora después de que el vehículo conducido por un varón de 27 años se saliera de la calzada. Según el atestado de la Guardia Civil, el piloto se fue del lugar del accidente sin pedir auxilio para sus dos acompañantes a pesar de pasar de camino a su casa por delante del HUCA y cruzarse con dos peatones y un taxi. "Al parecer había pasado algún coche más antes, pero no se detuvo", explica el chico que trabaja como camarero en una sidrería de la zona de La Carisa.
En un primer momento, Lobo pensó que la joven malherida hallada en el arcén era la única ocupante del vehículo. "Le pregunté si iba con alguien más y me decía que no, pero luego me acerqué al coche a ver si encontraba algo de documentación y me encontré a Nathaly", apunta acerca de un hallazgo que refrescó la memoria de la otra herida. "Cuando le advertí que había otra herida en el coche empezó a llamar a Nati repetidas veces", añade el joven.
La superviviente había salido del coche por sus propios medios al ver que el conductor no volvía y su amiga estaba muy mal. El camarero llamó hasta en dos ocasiones al 112. La primera, nada más hallar a una de las jóvenes tirada en el arcén y la segunda cuando encontró a Nathaly Worman en muy mal estado, atrapada por el amasijo de hierros. "Respiraba como agonizante", explica Jonathan Lobo, quien trató, sin éxito, comunicarse con la veinteañera malherida. "Le decía que moviera una pierna si podía escucharme, pero parecía no reaccionar", relata el chico, que tuvo que abandonar el punto del siniestro para ir al trabajo en plenas labores de los bomberos para excarcelar el cuerpo de la chica que, a la postre, perdería la vida por las heridas sufridas.
De todos modos, el auxiliador siguió preocupado por las chicas. Nada más que pudo acudió al hospital a interesarse por el estado de ambas. Fue allí donde descubrió que ambas viajaban con otro varón que supuestamente abandonó el lugar del accidente para eludir su responsabilidad por ir al volante bajo los efectos del alcohol. "La familia de Nathaly me decía que era como un ángel y que estaba viva gracias a mí, pero yo les insistí en que solo hice lo que tenía que hacer", comenta.
El mayor pesar de Jonathan Lobo es que finalmente el suceso terminó en tragedia. "La pena es que al final la pobre no pudo salvar la vida", se lamenta, muy molesto por lo que considera una clara omisión de socorro del conductor del turismo. "Es incomprensible cómo pudo irse y no echarle a una mano, pues eran sus amigas y estaban en peligro", reflexiona el chico, natural de Ventanielles, al igual que el investigado por el suceso.
A la espera
Por su parte, el abogado del joven acusado de omisión de socorro y delitos de homicidio imprudente, lesiones imprudentes y un delito contra la seguridad vial aseguró ayer que están a la expectativa de conocer el atestado definitivo de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso este diario, y fijarán postura cuando conozcan oficialmente el resultado de las investigaciones. Hasta la fecha, sostiene, su cliente no está acusado oficialmente por parte de las autoridades judiciales correspondientes.
