Faltaban dos horas para el concierto de Bustamante, no habían pasado ni veinte minutos desde que Nando Agüeros estaba en las tablas de la Losa, cuando hubo que cerrar parte de los accesos a la zona de conciertos de este San Mateo. El resumen de la noche fue un llenazo, con casi tantos asistentes como paraguas. La organización aseguraba que se había vuelto a superar el récord de asistencia del día anterior, cuando los tres grupos noventeros - "La Frontera", "La Guardia" y "Danza Invisible"- habían propiciado el primer lleno total. Tiene mérito hacerlo bajo la amenaza de lluvia primero y el diluvio después, bajo el viento que se levanta y agita los carteles y banderas que, en primera fila, esperaban a Bustamante.

Puede que el triunfito haya salido de la academia hace, ya, década y media, pero sigue arrastrando fans de todas las edades (algunas de las jóvenes que ocupaban las primeras filas no habían nacido cuando en, 2001, el cántabro ingresó en el programa de televisión). Ahí está el secreto del éxito, gustar a jóvenes y a más mayores.

Muchos de los más veteranos estaban allí por el otro cántabro, por Nando Agüeros. Puedes no conocerle por el nombre, pero si has pasado por una verbena en el norte de España te tienes que saber sus canciones, sí o sí. Especialmente "Viento del Norte", dedicada a Cantabria, pero que por la letra y la respuesta del público nadie diría que no está dirigida a Asturias.

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Concierto de Nando Agüeros en San Mateo

Si la Losa estaba abarrotada, también lo estuvo el escenario con Nando Agüeros. Con "El restallar de Asturias", se subieron a las tablas el "Coro Minero de Turón" y el gaitero Vicente Prado; y allí se quedaron para el bis, el esperado "Viento del Norte", acompañado por todas las gargantas del público. Todos sabían que sonaría, pero no por ello fue menos especial. La guinda para dar paso al show de David Bustamante.

El intérprete, ya recuperado de la indisposición que le apartó de su concierto en Fuenlabrada, se subió al escenario con toda la fuerza de sus años mozos. "Busta" se desquitó de lo del domingo pasado e hizo las delicias de su público. Que no eran pocos. De hecho, pasaban de la marquesina de Renfe y ocupaban todo el espacio disponible desde el que se pudiera ver, aunque fuera una pizca de escenario. La necesidad de pantallas se hizo palmaria. Antes de que se subiera el cantante a las tablas comenzó la lluvia, pero la gran mayoría de los fans de Bustamante contaban con ella e, inmediatamente, se abrió un mar de paraguas, ni eso les aguó la fiesta.

Cuando salió, la distancia del foso, entre las vallas y el escenario se les hacía grande a las fans que se estiraban sobre la barrera como queriendo tocar al cantante.

Desde el escenario solo se veía un mar de paraguas que bailaban al ritmo de cada tema que interpretaba el triunfito. El cántabro empezó moviéndose como si no hubiera pasado el tiempo, y no necesitó economizar tanto la voz como en pasadas actuaciones, vuelve a estar en forma. Sonaron las canciones del disco que lanzó este año, pero terminó con "Dos Hombres y Un Destino", lo que son Nando Agüeros y Bustamante, una pareja destinada a llenar plazas. Pese al tiempo o la lluvia.