Tras cinco horas y media de debate plenario (la sesión ordinaria de las diez siguió a la extraordinaria para la aprobación de urgencia de las nuevas tasas y precios públicos para el próximo año sin apenas receso) la coalición de gobierno de PP y Cs logró ayer aprobar los impuestos y tarifas como el primer paso para poner "fin a la jaula fiscal del tripartito. Así resumió el concejal de Economía, Javier Cuesta (PP), la nueva política tributaria municipal, que rebaja en un 16% el IBI diferencial a los grandes propietarios (el llamado "IBI de los ricos") y trata de congelar el recibo de la contribución compensando la subida de los valores catastrales impuesta desde la administración central con una reducción del tipo del 0,6 al 0,579.

Somos y PSOE no saludaron el nuevo planteamiento fiscal del bipartito como un impulso al empresariado, sino como una subida de impuestos en conflicto con el programa que las dos formaciones ahora al frente del Ayuntamiento llevaron en sus programas electorales. El anterior concejal de Economía, Rubén Rosón (Somos), consideró que la receta recaudatorio de PP y Cs supone una subida de impuestos, ya que, calculó, la bajada del tipo de IBI propuesta no compensa la subida catastral y se reflejará en los recibos en un 1% de subida, entre 4 y 40 euros más. Además, añadió, "perdonar impuestos a los grandes tenedores de tierras" supondrá renunciar a casi dos millones de euros que, profetizó, se reflejarán en recortes en servicios municipales.

En parecidos términos se manifestó la concejala socialista Ana Rivas, quien también criticó la "caótica" tramitación previa la aprobación, ayer, de las nuevas ordenanzas fiscales. Para Rivas, el planteamiento de PP y Cs es incoherente ("decían que iban a bajar los impuestos y a la primera de cambio nada de nada") y nada equitativo ("no es de recibo que para los valores catastrales sí haya rebaja mientras el común de los mortales vamos no vamos a ver reducido el impuesto"). El PSOE, y también Somos, aprovechó para echar en cara a Ciudadanos la falta de propuestas concretas sobre la plusvalía tras haber pedido la casi eliminación de este recibo en los cuatro años anteriores.

Pero quizá la portavoz de Vox, Cristina Coto, fue la más mordaz a la hora de desempolvar todas las iniciativas de PP y Ciudadanos durante los años del tripartito y el contraste con la política fiscal puesta ahora en marcha. No obstante, Coto, cuyo grupo se abstuvo en la votación final, sí logró negociar con el gobierno una transaccional para subir el techo (de 100.000 a 200.000 euros) del valor catastral de los pisos donde las familias numerosas tendrán derecho a bonificaciones del IBI de entre el 80 y el 20 por ciento. Además, Vox también logró que el equipo de gobierno aceptara una bonificación del 50% en el IBI de viviendas que instalen sistemas de energía solar durante los 5 periodos impositivos desde la finalización de las obras para incorporar estos sistemas.

El concejal de Economía, Javier Cuesta, ironizó con las críticas de la oposición, a la que acusó de hacer demagogia al pedir medidas que ellos no aplicaron, y criticó que "un gobierno que frio a los ovetenses a impuestos haga bandera ahora de la rebaja fiscal". Cuesta también defendió que su rebaja del IBI no se diferencia de la del anterior gobierno, y sí vio diferencias en la "armonía" interna entre los dos grupos en el gobierno frente a lo que pasaba con el tripatito. "Y eso nos permite congruencia".

Tensión en el debate

El debate fiscal siguió por los mismos derroteros, con Rosón acusando a Cuesta de "amnistía fiscal" y Rivas llamando mentiroso al edil del PP por decir que ellos habían subido los impuestos hasta que unas declaraciones del concejal de Somos acabaron en un bronco enfrentamiento entre el edil de la oposición y el Alcalde. Fue cuando Somos acusó al PP y Cs de haber venido al Ayuntamiento "a llenarse los bolsillos de dinero público". Alfredo Canteli cortó al edil, le avisó de que no permitiría ese tipo de comentarios ni en el Pleno ni en las redes sociales y sugirió la posibilidad de emprender acciones judiciales contra Rosón por cuestionar su honraded.

Aunque el concejal de Somos insistió en que su frase se basaba en que la primera medida había sido subir los sueldos a los concejales de gobierno, Javier Cuesta acabaría rematando el pleno con una advertencia por la "casi difamación": "Si una persona como usted está imputada dos veces por sendos delitos, le recomendaría que no fuerce la máquina, porque si pasa a tres las posibilidades de que le condenen aumentan".