La menor ovetense cuyo video sexual fue difundido por un compañero de clase a finales de 2018 se pasó casi un trimestre sin acudir a clase. La estudiante se pasó varias semanas sin asistir al centro educativo debido al daño que le provocó la difusión de las imágenes en las que aparecía masturbándose. Según explicó hoy durante la vista celebrada en el juzgado de menores de Oviedo, pasó los archivos en privado al que fuera su novio entre diciembre de 2016 y septiembre de 2017 y este se los reenvió al compañero que a su vez los difundió entre un grupo de seis amigos.

La vista de esta mañana se desenvolvió en un ambiente tenso entre las familias de la presunta víctima y el acusado en los pasillos del juzgado y la Fiscalía de Menores. La madre del menor defendió su inocencia y atribuyó la denuncia a su vástago a una venganza de la joven, con la que supuestamente no se llevaba bien. "¿Por qué le denuncian a él y no al resto de chicos que difundieron los vídeos por todo Oviedo", se preguntó la progenitora.

Las partes declinaron llegar a un acuerdo y el juicio se celebró con el testimonio de los implicados, varios compañeros de clase, profesores y miembros de la Policía. Fuentes del caso señalan que el exnovio de la menor, que al ser mayor de edad será juzgado próximamente por un delito de pornografía infantil por el que le piden dos años y diez meses de cárcel, envió al acusado tres videos y quince fotos de alto contenido sexual protagonizados por la joven.

Los archivos fueron posteriormente difundidos por el menor entre media docena de amigos y posteriormente corrieron como la pólvora a través de varios grupos de whatsapp. Concretamente, los informes apuntan a que las imágenes llegaron a muchos miembros del entorno de la menor a través de dos grupos llamados "Vestuario de putas" y "Liga Profesional de Pajeros".

La acusación particular, a cargo de la abogada Susana Fernández sostiene que los informes policiales desvelan que los menores eran conscientes de estar incurriendo en una práctica delictiva. Asegura que el menor guardaba más de un millar de archivos pornográficos en una carpeta secreta del móvil a la que accedía a través de una contraseña y que en los mensajes intercambiados con los amigos llamaban a ser discretos para no ser descubiertos.

Esta versión es desmentida por la defensa, a cargo del letrado Fernando Barutell, la cual admite que el joven compartió los vídeos sexuales con su grupo de amigos, pero a partir de ahí no tuvo más responsabilidad.

La Fiscalía mantuvo su petición de una pena de nueve meses de trabajos sociales, mientras que la acusación particular se mantuvo en sus trece de exigir un año de arresto domiciliario durante los fines de semana y una indemnización de 10.000 euros a la menor por los daños ocasionados.