Continúan los casos de ancianos que viven solos y son hallados muertos en su casa de Oviedo. Ayer, sin ir más lejos, un hombre de 85 años fue encontrado sin vida en su piso de la calle Gil Blas, en el barrio de San Lázaro. Fue su hija, quien cada día acudía a llevarle la comida, quien halló el cuerpo en la salita del domicilio.

El hombre, viudo, se encontraba perfectamente el día anterior según los vecinos y su propia descendiente, y todo apunta a que falleció de muerte natural y repentina, a pesar de que la Policía Nacional se desplazó hasta el lugar para descartar otras posibles causas del deceso.

A diferencia de otros casos recientes como el de los hermanos que aparecieron momificados el pasado viernes en su piso de la calle Santa Clara, la atención de la familia al fallecido era diaria, si bien mantenía una vida independiente debido a su excelente estado de salud.

"Se valía por sí solo", señalan fuentes cercanas al caso dado por zanjado desde la Policía Nacional.