Los sindicatos alertan de que Expal (Explosivos Alaveses) ya ha decidido cerrar la fábrica de componentes para municiones que tiene en Trubia, cuya plantilla está compuesta por 64 trabajadores entre fijos y eventuales. Según la versión sindical, los planes de la compañía pasan por impulsar un ERE de extinción, basado en que no dispone de carga de trabajo suficiente como para mantener la producción. La ausencia de un gobierno con plenas funciones ha complicado las autorizaciones para exportar munición y ello habría frustrado la contratación de nuevos pedidos por parte de Expal en Trubia.

LA NUEVA ESPAÑA contactó este mediodía con los responsables de la empresa, quienes declinaron hacer comentarios sobre cuáles son sus planes para la fabrica trubieca. Este diario ya informó el pasado día 13 de que los sindicatos denunciaban que Maxam, la matriz de Expal, estaba aprovechando la falta de carga de trabajo derivada de la inestabilidad política para plantear un ERE encubierto en las factorías de munición del grupo.

Ante esta situación, el diputado electo de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, solicitó ayer la comparencia urgente del secretario de Estado de Defensa en funciones, Ángel Olivares, en la correspondiente comisión parlamentaria. El objetivo es que el "número dos" de la ministra Margarita Robles explique las medidas que se están tomando "para garantizar la continuidad de la actividad y de los empleos en la fábrica de munición de Trubia".

Expal comenzó en 2017 a producir componentes metálicos para municiones de medio y gran calibre en el antiguo taller de la Fábrica de Armas, propiedad del Ministerio de Defensa. Fue después de que la empresa armamentística Santa Bárbara Sistemas (grupo General Dynamics) renunciara al uso de esa instalación. Expal inició la actividad con una plantilla de un centenar de personas.

La Federación de Industria de CC OO instó a la dirección de Maxam a explicar sus planes para sus fábricas y anunció movilizaciones si persiste la reestructuración encubierta del grupo.