La Fiscalía del Principado de Asturias pide 21 años de cárcel para un hombre acusado de abusar de siete niñas en la piscina de bolas de la zona infantil de una sidrería del barrio de Teatinos. La vista oral está prevista hoy, a las diez de la mañana, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial. El juicio se había señalado inicialmente el 8 de octubre, pero el acusado no se personó en la sala de vistas ni justificó su ausencia, por lo que la Fiscalía solicitó su busca y captura, siendo finalmente detenido dos días después en un hostal de Gijón.

Los hechos de los que se le acusa sucedieron en 2018. Según la acusación pública, el individuo, que era camarero de un establecimiento cercano, frecuentaba una sidrería de la calle Puerto de Tarna y con frecuencia bajaba a la zona infantil del local (con una piscina de bolas y un tobogán) para acompañar a su hijo de tres años. Una vez allí, sometió a siete menores a tocamientos tras acercarse con la excusa de jugar al escondite.

El ministerio fiscal considera que los hechos son constitutivos de siete delitos de abuso sexual sobre menores de 16 años y pide una condena de tres años por cada uno de los siete delitos, así como la prohibición de aproximarse durante cinco años a menos de 300 metros a los menores y a la sidrería donde ocurrieron los hechos.

En concepto de responsabilidad civil, el fiscal solicita que el acusado indemnice a cinco de las menores con 3.000 euros a cada una y con 1.000 a las otras dos.

Las sospechas de algunos padres llevaron a los responsables del local a colocar unas cámaras de vigilancia en la zona infantil. Los dispositivos captaron en varias ocasiones al hombre acercándose a niñas que jugaban en la piscina de bolas, pero, para asegurarse, decidieron instalar otras cámaras de alta calidad. Sin embargo, otras denuncias previas hicieron que se produjese la detención del acusado en su lugar de trabajo y se dieran por buenas las imágenes tomadas en su día.

El hombre fue detenido y puesto posteriormente en libertad con cargos y una orden de alejamiento. Días después, en mayo de 2018, los vecinos de la zona denunciaron que el presunto delincuente sexual seguía viviendo a escasos metros del local y paseándose por la zona tan tranquilo. Las quejas fueron publicadas por LA NUEVA ESPAÑA y el hombre ya no se dejó ver más por el lugar, comunicando a algunos conocidos que se iba a mudar a Torrelavega.

Fuentes del caso señalan que el hombre estaría actualmente viviendo solo. En un principio su intención era la de acudir al juicio (el primero señalado en octubre), pero por razones que se desconocen no acudió y se alojó en un hostal de Gijón. Su localización fue sencilla. El fugado tuvo que entregar su DNI para poder alojarse y al estar en busca y captura, saltó la alarma en la Comisaría de la Policía Nacional. Los agentes no tuvieron más que ir hasta el lugar y llevárselo. Pasó la noche en la Comisaría y fue trasladado a los Juzgados de Oviedo, donde el magistrado que lleva el caso lo envió a prisión provisional al considerar que existe riesgo de fuga.