Operarios del servicio municipal de Parques y Jardines están aplicando un tratamiento específico para el picudo rojo en los jardines de la Fábrica de Armas de La Vega, especialmente en palmeras y plantas. El trabajo forma parte del acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa para acceder a los terrenos periódicamente a cuidar la vegetación.

Uno de los ejemplares que requiere más mimo es una de las palmeras más antiguas de Oviedo. La planta está a escasos diez metros del edificio de la Cruz Roja y forma parte del paisaje más tradicional del casco urbano. Curiosamente, y al igual que la mayor parte de las palmeras de la ciudad, fue importada de Galicia hace décadas.

El tratamiento consiste, a grandes rasgos, en la aplicación de endoterapia e insecticida. La endoterapia es una técnica fitosanitaria que consiste en inyectar en el tronco una sustancia nutritiva que se transmite a la palmera a través de la madera. El Ayuntamiento procede de la misma forma cada vez que tiene que intervenir en las áreas verdes de la Fábrica de la Vega. Bien porque los árboles o los matorrales superan los muros e invaden la vía pública, o bien porque los ejemplares necesitan un tratamiento urgente. Primero tiene que dar la voz de alarma al área de Conservación y Policía Urbana para solicitar después a Defensa el permiso de entrada.

El picudo rojo está considerado una plaga de declaración obligatoria en la legislación agraria y una especie exótica invasora en la legislación ambiental. Es un coleóptero, un escarabajo originario del sur de Asia, que ocasiona importantes daños en las palmeras ya que sus larvas se alimentan vorazmente en el interior del tronco y la corona de estos árboles hasta llegar a destruirlos en su práctica totalidad. El picudo en fase larvarias es capaz de crear túneles y galerías en el interior del árbol, de hasta un metro de largo y las hembras pueden poner entre 300 y 400 huevos que a la larga acaban con la palmera.

Según este departamento municipal, las plantas arborescentes en peor estado se encuentran en Faro, Villamiana, Limanes y Colloto.

Debido a la proliferación de esta plaga en los últimos años en Oviedo y en toda Asturias, los titulares de las plantas sensibles deben comunicar la aparición de síntomas del ataque del picudo rojo y permitir al personal técnico de la Administraciones el acceso a los lugares donde estén ubicados los ejemplares para hacer prospecciones y permitir la evaluación de los síntomas sospechosos.