A los 14 años empezó a escuchar música y a tocar la guitarra. Lo hacía de oído, escuchando la música que le gustaba e intentando reproducirla. Cuatro años después empezó a grabar temas en su habitación. Fernando Mejía tiene ahora 21 años y ha grabado, bajo la marca "Casetes", el EP "Bien sigue lo que bien está". Lo ha hecho todo en casa, "grabando las guitarras y los bajos y metiéndolo todo en una tarjeta de sonido en el ordenador", y mañana lo presentará en el escenario de La Salvaje (Martínez Vigil, 9; 22.00 horas; 3 euros anticipada, 5 en taquilla). Para el concierto estará acompañado de Sergio Fernández, batería de "Gente Terrible", y David Argüelles.
A principios de año, Mejía se obsesionó con la escena "garagera" española y pensó en hacer algo parecido, pero saltó fronteras y empezó a escuchar a Mac DeMarco y "Surf Curse". Ahí estaba justo lo que quería hacer, en lo que hacía ese dúo (guitarra y batería) de Reno, Nevada, algo así como los "Cala Vento" yanquis que escuchaba un chaval de Siero. Sonido indie-surf-rock, pero en español. La referencia musical estaba clara, pero faltaba la poética, la letra. En ese momento se apareció un dios en verso de Javier Krahe, un estilo que a Mejía le permite "ser honesto" con lo que escribe y tirar, como hacía el genial escribiente de "La Mandrágora", de toda la ironía destilada por siglos de tradición literaria patria. Así fue como Mejía, ahora "Casetes", pasó de ese sonido garage que tanto buscaba a algo que ni él mismo se atreve a definir. "Y no es que no me gusten las etiquetas, es que las quiero todas", dice el chaval, que pega a su música los marchamos de garage, indie alternativo, swing..., de todo un poco porque le gusta todo.
Sus canciones tienen un toque sixtie del que reproducían los grupos españoles de finales de los años 80, y él reconoce cierta influencia, "pero no directa, sino que he escuchado a grupos influenciados por esos grupos".
En definitiva, Fernando Mejía ha logrado sonar a lo que le daba la gana y divertirse haciendo canciones, que es de lo que se trataba. Ahora le toca al público divertirse y aportar el proyecto de los "Casetes".
