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RAMÓN GONZÁLEZ MURIAS | Hostelero

"Nunca me tentó quedarme en el pueblo; llegar a Oviedo fue una liberación"

"El sector servicios es el que dinamiza la ciudad, eso y los funcionarios; me gustaría ver más dinamismo y planes culturales y de ocio"

Ramón González. FERNANDO RODRÍGUEZ

Ramón González Murias nació en la localidad de Serandinas (Boal), en el año 1969. Se hizo ovetense cuando empezó la carrera de Geografía e Historia, y desde entonces nunca se ha ido de la ciudad. También fue en Oviedo donde descubrió su vocación y pasión por la hostelería.

Una infancia rural en Serandinas (Boal). "Nací en 1969 en Serandinas, un pueblo del concejo de Boal. Pasé la típica infancia rural, jugando en el campo y ayudando en las tareas agrícolas. Fui muy feliz, con una sensación de libertad muy grande. Además era un lector compulsivo. Leía todo lo que pillaba: las aventuras de Robinson Crusoe o la historias de Julio Verne. El caso es que esa sensación de libertad en la adolescencia y primera juventud se volvió opresión. Fui a la escuela y al instituto en Boal, hasta tercero de BUP. El COU lo hice en Gijón y después estudié en Oviedo Geografía e Historia".

El encuentro con la capital. "La llegada a Oviedo fue una liberación, una especie de alivio al estar en la que para mí era una gran ciudad, con todo lo que ello conlleva. Si querías estudiar tenías que abandonar el pueblo. Una vez que te vas se te abren caminos que rara vez te hacen volver. Aunque ahora mejoraron las comunicaciones es difícil que los jóvenes quieran vivir en las aldeas. Faltan oportunidades de ocio y eso es muy importante. Además, las oportunidades para vivir con dignidad económica son menores, no hablo de otras dignidades que en los pueblos tienen con creces".

Una clara vocación urbana. "Nunca me tentó la ganadería. Soy el séptimo de los hermanos y alguno de ellos se quedó en la zona. Estamos bastante repartidos. Vivir en un sitio pequeño implica, por ejemplo, ir todos los días al mismo bar y hablar con las mismas personas. Siempre supe que eso no era para mí".

Una ciudad en blanco y negro. "Vine para Oviedo en 1987. Me encontré con una ciudad completamente distinta a la actual. Todo era como más en blanco y negro, con un encanto innegable. Desde el principio me llamó la atención la parte del Oviedo antiguo. Recuerdo perfectamente cuando restauraron las fachadas de la Catedral y del edificio histórico de la Universidad. Poco a poco ibas descubriendo una ciudad nueva".

Flechazo con la actividad hostelera. "Era estudiante y me apetecía ganarme un dinero extra. Empecé a trabajar en la calle del Rosal, que entonces estaba en plena ebullición, en un local que se llamaba El Escalón. Lo primero que hice fue recoger vasos. Así que puedo decir que empecé desde abajo. Al poco tiempo dejé de estudiar y ya me dediqué a la hostelería al cien por cien. Trabajé en varios sitios, llevando a cabo diversas funciones, de camarero a encargado. El primer local que abrí con otros socios estaba en la calle Mon, en 1999. El ambiente era muy diferente al actual. En la ciudad se pulsaban muchas inquietudes culturales e intelectuales. Había vida de lunes a viernes. Siempre se encontraba una disculpa para tantear la noche. También tenían fama los locales con música en vivo que luego fueron desapareciendo. Vinieron grandes artistas como 'U2' o Michael Jackson. Eso es difícil de olvidar".

El salto a los locales diurnos. "Abrimos varios negocios más y poco a poco fuimos olvidando la noche. Empezamos a dedicarnos a la hostelería de día. En el restaurante doy rienda suelta a mi alma de chigrero. También acabamos de inaugurar otro local en el centro. Me gusta mucho mi trabajo. Una de las cosas que disfruto más es el buen ambiente que hay en el local. Intentamos ser lo más honrados que podemos en todo. Cuando vine a Oviedo conocí a algunos hosteleros de mucho renombre a los que parecía que te los tenias que ganar tu para ser considerado su cliente. Yo no lo veo así. Pienso que la gente ahora tiene otro concepto de la hostelería".

La pujanza del sector servicios en la capital. "El sector servicios es el que dinamiza la ciudad ahora. Es lo que queda en Oviedo: funcionarios y hostelería, que tiene un peso muy importante. Pienso que igual no se valora lo suficiente. Apoyar a la hostelería y al turismo es fundamental en una ciudad como la nuestra. Me gustaría ver una ciudad más viva y dinámica. Ahora hay zonas que van a marcar el futuro, como la Fábrica de Gas o la Vega. Necesitamos planes culturales e industriales para sacar partido de esos espacios".

Los paseos por el Antiguo. "No salgo mucho de Oviedo. Suelo pasear por el Oviedo Antiguo y me gusta moverme por ese cogollín, visitar a los amigos hosteleros y tomar el pulso a la calle. La gente se focaliza para salir en el fin de semana. Quizá es una herencia de los tiempos de la crisis".

Italia, un destino recurrente. "Me gusta viajar de vez en cuando. El último viaje que hice fue a Cerdeña. Italia siempre es un lugar recurrente. Grecia también me gustó mucho. Ahora me apetece mucho conocer Egipto".

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