El colegio público La Corredoria I ha estado muy activo en el comienzo del curso y la entrada del otoño, con numerosas actividades que derivaron en la fiesta tradicional por excelencia de estas fechas: el Amagüestu. La celebración en torno a las castañas y la sidra dulce tuvo lugar esta semana, pero antes el centro cumplió con algunas tradiciones que ha hecho suyas, como la de la solidaridad.
A finales del mes de octubre organizaba la sexta edición de la Doble milla solidaria contra el síndrome de Rett, una actividad que, según explica su directora, Beatriz Fernández, se ha convertido en algo que trasciende el ámbito escolar. "Es una carrera que espera todo el mundo, una fecha que la gente tiene en cuenta", asegura. En la última convocatoria se superó el medio millar de personas.
Pero esa no fue la única actividad deportiva que el colegio llevó fuera de su territorio. Hubo otra, muy especial, que entusiasmó a los alumnos: el skate. En este caso, se incorporaba en el marco de una iniciativa muy ambiciosa para favorecer la igualdad y para luchar contra la violencia de género. La idea era conseguir que los alumnos se libraran de asociar unas actividades concretas como más propias para los niños y otras más adecuadas para las niñas. Se trataba de disfrutar al margen de esas etiquetas. El skate, más habitual entre los niños, fue en esta ocasión motivo de disfrute para las alumnas, que probaron sus habilidades en la pista de skate de la ciudad.
Además de esta salida a la pista, ha habido otras muchas actividades encaminadas a prevenir la violencia de género y fomentar la igualdad entre niños y niñas.
El colegio se ha implicado en estas actividades en su totalidad, desde los alumnos de educación infantil de segundo ciclo (a partir de tres años), hasta los de sexto de Primaria. El centro cuenta actualmente con 641 alumnos.
Todos ellos participaron en la última gran fiesta del otoño. El amagüestu fue una explosión de actividades en todas las alas del centro educativo. Lo primero, por supuesto, tocaba disfrutar de las castañas y la sidra dulce en el patio (la mayoría más de la bebida que de la comida).
Y después, asomarse de muchas formas a la tradición asturiana. Por lo pronto, mientras comían, el patio de primaria se llenó de melodías tradicionales asturianas interpretadas por el dúo Amati, formado por Ignacio Alonso y Ana Fernández.
El dúo se ofreció a actuar de forma desinteresada, lo mismo que el grupo folclórico "A media legua", que propició una inmersión de los alumnos en la música y el baile tradicionales de Asturias. Primero, ofreciéndoles a los niños la posibilidad de tocar panderos y panderetas. Los alumnos, con más o menos entusiasmo, disfrutaron probándose como instrumentistas rudimentarios. Más tarde, ofreciéndoles a los niños un baile tradicional y, finalmente, invitándolos a todos a participar en un baile. Desde los más pequeños -que algo perdidos seguían como podían el juego- hasta los mayores, todos mostraron un gran entusiasmo.
Para los alumnos de Primaria estaba reservado, además, un espacio de juegos tradicionales en el patio cubierto, que contó con la colaboración de la asociación Seis Conceyos.
Los niños disfrutaron jugando a la rana, al "dexabolu" (un juego que consiste en derribar bolos colocados en el suelo con otros bolos) pescando botellas con una arandela, probándose en la carrera de tortugas (que consiste en enrollar lo más rápido posible una cuerda a la que está atada una madera con forma de tortuga), la carrera de panoyes o la llave (el lanzamiento de fichas de hierro para golpear una llave clavada en el suelo). Todos los juegos tuvieron un éxito extraordinario.
La fiesta contó con la colaboración de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), que está muy involucrado en todas las actividades y tiene una relación muy estrecha con la dirección.
