El pianista ruso Denis Kozhukhin se ganó ayer al público del auditorio ovetense en su interpretación del "Concierto de piano número 1" de Franz Liszt junto a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA).

Liszt siempre es un desafío para cualquier pianista, que lo pone a prueba a nivel técnico, y él demostró que tiene una técnica muy pulida. Se notaba especialmente en la claridad de la pulsación. Kozhukhin tiene un estilo muy personal, se implica mucho y emplea mucha energía, algo que se notó especialmente en el primer y último movimientos. Y en el segundo mostró, además, una gran sensibilidad para expresar los temas líricos. El diálogo que construyó con la orquesta, dirigida por Garret Keast, fue muy fluido, algo que es siempre muy de agradecer. La orquesta se implicó muchísimo con el pianista, y el solista supo acompañar a su vez las partes de solistas de la orquesta.

El concierto incluía además dos piezas de Beethoven tocadas por la orquesta. En la primera, "Las criaturas de Prometeo", la formación musical ofreció un sonido homogéneo y empastado.

La otra obra fue la "Sinfonía número 3", que tuvo buenos momentos, con la orquesta muy concentrada, mientras que en otros le faltó quizá algo de la contundencia que requiere la partitura.