Un azucarero o una mantequillera en forma de teta son algunas de las piezas estrella del estudio creativo Woodic, en El Valle (Candamo), tras el que está Natalia Suárez Álvarez (Laviana, 1976). Una colección de cerámica "Golden Nipple" ("pezón dorado" en inglés) que se podrá disfrutar hoy y mañana junto a otras líneas de creación de la diseñadora asturiana en The 451 (calle Mon, 26), de 12 a 14 horas y de 17 a 20 horas.
"Las piezas nacen en pleno periodo de lactancia y están basadas en la teta y el pezón de las mujeres como imagen de refuerzo y para desterrar el mito de lo prohibido, porque mientras la teta de una mujer se convierte en un elemento erótico no pasa lo mismo con los hombres", explica. Crea piezas utilitarias pero con una clara intención artística mediante el uso del barro, moldes en tres dimensiones y tres fases de cocción que finalizan con lustre cerámico de oro de 14 quilates: "Es el punto que lo hace como una pieza de lujo, una joya".
Y de la colección han salido unos pines dorados en forma de pezón que son empleados por colectivos o mujeres para simbolizar la victoria sobre un cáncer de mama, por ejemplo, "a modo de galón; en plan, eres una mujer de pezón de oro". O para reivindicar la visibilización de las mujeres como le han encargado desde varios países de Latinoamérica.
Además de la colección "Golden Nipple", Suárez presentará la línea "Edra", formada por piezas como jarrones y cuencos creados a partir de las nuevas tecnologías. Y una recopilación de las creaciones que hace para tener una vajilla única y moderna o la línea inspirada en la naturaleza salvaje, en las que destacan las caretas decorativas de animales.
El estudio Woodic, en plena zona rural de Candamo, es el lugar desde el que crea y da forma a sus colecciones cerámicas. Y ese trabajo artesano en medio del campo es uno de los puntos que resaltará entre los visitantes. "Es lo que más me interesa, hablar con la gente del espacio en el que trabajo, de la zona rural y dar valor al producto artesano".
A buen seguro que la cerámica en forma de teta y pezón que propone Suárez llamará la atención del público que acuda este fin de semana a The 451 porque, según dice, "la mirada furtiva se limpia y trasciende del cuerpo de la mujer moviéndonos de forma abierta entre lo íntimo y lo privado. En este juego, la imagen escondida se convierte en un elemento fascinante, un objeto singular o un lujo cotidiano".
