La plaza del Fontán se queda sin madreñeros. La muerte, ayer, a la temprana edad de 59 años de Fidel Lorenzo, el único exponente del oficio en la cita semanal de los jueves en el centro de Oviedo que quedaba vivo junto a su hermano Alfonso, deja a un sector otrora pujante en el alambre. Un accidente cardiovascular apartó en enero a Fidel de su puntual cita cada ocho días con los clientes en su puesto del Arco de los Zapatos. Las secuelas terminaron diez meses después por arrebatarle la vida.

La pérdida del madreñero deja ahora a su hermano Alfonso como único superviviente de un oficio al borde de la desaparición. Ambos lo mamaron de su padre Arsenio, quien abrió un taller en la calle González Besada en 1950 y hace 22 años les cedió el testigo del negocio. El patriarca falleció en 2015 a los 87 años con la satisfacción de haber transmitido un legado de tradición y medio de vida al mismo tiempo. En el caso de Fidel, tuvo su primer contacto con el taller a los trece años, pero no fue hasta los 17 cuando se dedicó a la profesión en serio tras abandonar los estudios.

Los hermanos trasladaron más tarde su centro de operaciones a la avenida de La Segadas del barrio de Montecerrao. Allí no fabrican madreñas, sino que ambos se dedicaban a ultimar los detalles de unos modelos adquiridos en una carpintería de Infiesto, capital del concejo asturiano de Piloña.

El infortunio hizo que Alfonso tuviera que coger las riendas en solitario de una actividad cada vez menos demandada, pero, en su caso, intensa. Según los cálculos de los hermanos, por sus manos pasaban cada año entre 4.000 o 5.000 madreñas. Una producción que, a buen seguro, a partir de ahora se verá mermada por la baja definitiva del que pasará a la historia como penúltimo madreñero del Fontán.

Fidel, que tiene otra hermana llamada Mari Flor, deja mujer, Ana María Oliver, y dos hijas, Marta y Lara. Tenía una única nieta, llamada Carla. Su capilla ardiente estará instalada en la sala número 14 del tanatorio de Los Arenales hasta las tres de la tarde de hoy, cuando tendrá lugar la incineración del cuerpo. Mañana, a la una de la tarde está prevista la celebración del funeral, en la iglesia parroquial de San Pablo de La Argañosa.