"Llevó tiempo, pero al final lo conseguimos". Fue la frase más repetida ayer durante los actos de inauguración de las obras de renovación y ampliación de la iglesia de San Francisco Javier de la Tenderina. La esperada puesta de largo de un templo "más grande y más luminoso" tras unos trabajos que todavía continúan en la estructura externa del edificio, superó todas las expectativas. A pesar del aumento del aforo en casi el doble, el templo se quedó pequeño y se contaron por decenas los fieles obligados a seguir la misa oficiada por el arzobispo, Jesús Sanz Montes, desde el exterior.

La celebración fue triple. El ansiado estreno perseguido con especial ahínco en la última década; el día grande de las fiestas patronales del barrio; y el inicio del adviento. Todo confluyó en una celebración muy especial para el párroco, Alberto Reigada. "Quiero dar las gracias a Dios y a todos los que hicieron posible este arreglo, así como a los diferentes párrocos que pasaron por aquí en nuestros 60 años de historia", indicó visiblemente emocionado al final de la misa, de casi dos horas.

Los actos terminaron en la carpa de la fiesta donde había dispuestos 200 platos con sus respectivas sillas. Sin embargo, la gran respuesta vecinal obligó a realizar dos turnos para poder atender a todos los comensales. "Estoy preocupado, me he quedado sin ticket", bromeó el arzobispo, encantado de ver casi totalmente terminadas unas obras fijadas como prioritarias desde su llegada a la diócesis asturiana hace nueve años. "Sin duda es un buen día", indicó.

En la misma línea se pronuncio el hermano mayor de la Hermandad de los Estudiantes, Andrés Llavona. "Es una gran noticia, el templo ha quedado precioso y si limamos fallos quedará perfecto", comentó en relación a la necesidad de rectificar una de las puertas para facilitar la salida de las imágenes para las procesiones.

La misa se convirtió en un homenaje a toda la parroquia. Los niños de catequesis, los alumnos de confirmación, los músicos de las misas familiares y el coro de la parroquia, entre otros, tuvieron cabida en un evento que, por primera vez, permitió venerar las reliquias de San Francisco Javier donadas el 1 de noviembre por la curia de los jesuitas en Roma. Entre los asistentes estuvo el Alcalde, Alfredo Canteli (PP), y la edil de Somos Ana Taboada, a los que el párroco agradeció por igual su colaboración. "Pusimos de acuerdo hasta al tripartito", dijo Reigada en relación al apoyo unánime de los políticos.