El hombre de 38 años acusado de matar a un ebanista de 61 años en una nave industrial de Ciudad Naranco para robarle en noviembre de 2010 se enfrenta a una pena de 30 años de cárcel. La Fiscalía del Principado de Asturias imputa al varón, que fue identificado el año pasado tras ocho años de investigación, un delito de asesinato, otro de robo con violencia y uno de hurto leve.

El presunto asesino ingresó en prisión el 22 de junio del año pasado a causa de este crimen, si bien ya estaba cumpliendo condena entonces por otras causas en ese momento. Según el informe de Fiscalía, el procesado utilizó "violencia extrema e innecesaria" para quitar la vida a un empleado que se encontraba durmiendo la siesta a la hora de comer en la nave con el objetivo de robarle.

Los hechos tuvieron lugar el 11 de noviembre de 2010. Siempre según el fiscal, el acusado entró en la nave de la empresa Brico Cook, en la calle Coronel Bobes, entre las 13.00 y las 15.00 horas, cuando el negocio cerraba, aprovechando que en ese periodo una de las trabajadoras se iba a comer y el empleado restante se quedaba en las instalaciones a dormir la siesta.

El varón cogió unos 50 euros en suelto que encontró en la planta baja y luego subió al piso de arriba, donde sorprendió al empleado durmiendo la siesta y le golpeó con una barra de uña o un objeto similar en la cabeza, provocándole la muerte. Tras matarlo, el asaltante le quitó cien euros que el fallecido llevaba en la cartera y se dio a la fuga.

Ocho años en vilo

El suceso conmocionó a la ciudad y tuvo a la Policía Nacional en vilo durante casi ocho años, hasta que lograron identificar al supuesto autor. Finalmente, la investigación permitió imputar los hechos a un delincuente común que acumula numerosas causas. Sin ir más lejos, el procesado fue condenado el año pasado a nueve años de cárcel acusado de tres robos con violencia a mujeres de Pola de Siero, El Berrón y Noreña, perpetrados en 2017. En aquella ocasión utilizó un martillo para golpear a sus víctimas y llevarse el dinero que llevaban encima. En el juicio logró una rebaja de quince años de cárcel respecto a los veinticuatro solicitados por el fiscal, y su familia trató de justificarle. "Pierde el control por las drogas", indicaron entonces sus allegados.

Ahora el fiscal reclama para el procesado una condena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato, así como otros 5 por el ilícito de robo con violencia y una multa de 630 euros por un delito leve de hurto.