Amnistía Internacional (AI) ha remitido una carta al alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, en la que le pide que reconsidere la intención del gobierno municipal de dotar a la Policía Local de pistolas eléctricas táser. Según expone la ONG, la adquisición de las armas supone un "riesgo" de que con ellas "se infrinjan normas internacionales relacionadas con la protección de los derechos humanos".

Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, la concejalía de Seguridad Ciudadana pretende destinar 24.800 euros a adquirir entre cuatro y seis unidades de las armas utilizadas ya por más de un millar de cuerpos policiales del mundo para reducir a delincuentes violentos mediante electroshocks. La Policía Nacional y la Policía Local de Madrid iniciaron en septiembre los trámites para incorporar ese tipo de pistolas. Ahora, Oviedo quiere convertirse en la ciudad pionera de la región. Y es que, por lo que se refiere a Asturias, solo consta la existencia de una táser en la Policía Local de Llanera.

Docilidad

Ante la intención de que la Policía Municipal de Oviedo cuente con estas pistolas, Amnistía Internacional señala en la carta que le ha remitido a Canteli que "la experiencia demuestra que, en muchos casos, se utilizan de forma abusiva cuando se emplean como pistolas paralizantes, puesto que están diseñadas para generar docilidad frente al dolor y suelen usarse contra personas que ya están bajo custodia o control de la Policía". Si bien reconoce que este tipo de armas son "menos dañinas que las de fuego", la organización mantiene que en aquellos países donde su uso está extendido, como pueden ser los Estados Unidos (EE UU), "no se emplean como alternativa a las pistolas, sino en circunstancias en las que no suele haber riesgo de muerte ni de lesiones".

Tras advertir que "su uso también puede haber contribuido a algunos fallecimientos", Amnistía Internacional recomienda que no se adquieran este tipo de armas hasta que no se haga un estudio riguroso sobre su uso y efectos.