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Las obras de reforma de la Escandalera se pondrán en marcha la próxima semana

El equipo de gobierno quiere finalizar antes de que acabe el año la rehabilitación, que incluiría la sustitución de los bancos arcoíris por otros nuevos

Vista parcial de la Escandalera, con la bandera en primer término. IRMA COLLÍN

Primero la bandera, después la Escandalera. El equipo de gobierno de PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Oviedo apura los plazos para llegar a fin de año con sus primeros deberes hechos. Son los que prometió llevar a cabo en el primer tramo de este mandato, apenas un trabajo de maquillaje urbanístico pero con un alto valor simbólico. Por una parte, la gran bandera de España ha estado desplegada para el puente de la Constitución, cumpliendo las previsiones iniciales. Ahora, los distintos servicios involucrados se apuran para que la obra de rehabilitación de la plaza de la Escandalera se apruebe en la junta de gobierno de la próxima semana. Según las distintas fuentes consultadas, la reforma de la plaza empezará de forma inmediata.

Detras de esta actuación en la emblemática plaza, punto de reunión habitual en torno a la estatua de La Maternidad de Botero, popularmente conocida como "La gorda", se esconde un debate polémico que ha acompañado al alcalde Alfredo Canteli desde su toma de posesión. Antes incluso de que fuera nombrado alcalde, preguntado por este periódico sobre los bancos de la Escandalera con la bandera arcoíris (símbolo de la lucha por el reconocimiento de sus derechos del colectivo LGTB) Canteli declaró que por más que él nunca hubiera prometido nada en la campaña, se veía obligado a tomar una decisión al respecto: "Yo no hablé de los bancos en toda la campaña, nunca dije nada", explicó entonces, "pero en la calle es un clamor. Me paran todo el rato para pedírmelo. Algo habrá que hacer. Si no, me echan". Algo más tarde, con el equipo de gobierno de PP y Ciudadanos ya montado, este mismo periódico reveló que las intenciones del nuevo gobierno regional pasaban por hacer una reforma de la plaza que incluyera reponer todo el mobiliario.

De momento, las fuentes consultadas por este periódico no han aclarado si con esta obra se sustituirán todos los bancos o si se dejará alguno con los colores del arcoíris, como sucede en buena parte de las ciudades europeas (de Pontevedra a Viena, por citar solo dos ejemplos). Lo que sí está claro es que los trabajos, de los que se encarga principalmente el área de Infraestructuras pero que también afecta a otros departamentos relacionados con el mobiliario urbano, se centrarán en mejorar la accesibilidad de la plaza.

De lo que se trata con este trabajo es de dar una solución eficaz a los peatones que vienen desde el Campoamor, que no incluya el acceso por delante de la entrada al aparcamiento subterráneo ni la circulación por la microacera que bordea la plaza hasta el cruce con Uría.

Para lograrlo, la reforma habilitará dos rampas de acceso que conectarán el paso peatonal del semáforo del Campoamor con el interior de la plaza de la Escandalera, de forma que no será obligado el paso por las escaleras ni habrá que dar la vuelta por completo para acceder al interior sin barreras arquitectónicas.

El resto de la rehabilitación, al margen de un nuevo modelo de bancos que ahora mismo se estarían eligiendo, incluyen pequeñas labores tales como la reposición de losetas rotas, arreglo de cierres perimetrales, zonas ajardinadas, etcétera.

Ni el teniente de alcalde, y responsable de Infraestructuras, Nacho Cuesta, ni el de mobiliario, Gerardo Antuña, ni el propio alcalde, Alfredo Canteli, han aclarado de momento si la previsión es, efectivamente, aprovechar las obras para sustituir todos los bancos y suprimir, así, los arcoríris. De momento ni Cuesta ni Canteli se han pronunciado, y en sus últimas declaraciones han evitado ese debate, restando importancia a este aspecto.

Las bancos de la Escandalera se pintaron con los colores de la bandera gay para celebrar el Día del Orgullo, y aunque inicialmente era una acción puntual y efímera, el repintado posterior en un acto vandálico cometido por la noche, dejándolos con los colores de la bandera de España, llevó al equipo de gobierno del tripartito a tomar la decisión de reponer los colores arcoíris y dejarlos así para siempre.

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