El Instituto Pérez de Ayala de Ventanielles tiene sesenta años y nunca ha sido objeto de una rehabilitación integral. A lo largo de los años ha ido acumulando deficiencias y limitaciones contra las que el equipo directivo y las familias piden medidas inmediatas.

Los principales problemas, como explicaron el director del centro, Álvaro Valdés, y la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), María del Carmen Ruiz, están relacionados con las humedades, la accesibilidad, la seguridad vial, la evacuación y la falta de espacios.

Así se lo hicieron saber a la concejala de Somos Oviedo Ana Taboada y a la diputada regional de Podemos Nuria Rodríguez en una visita al centro.

Respecto a las humedades, el director señaló que están afectados varios espacios. Dos aulas en la parte superior de uno de los edificios, que da al Norte, cuentan con un deshumidificador que se tiene que vaciar dos veces al día. Antes de que lo adquiriese el centro, la humedad era tal que un alumno se negó a asistir a clase. "Los cristales chorreaban por la humedad, y hasta llegó a haber charcos en el suelo", señaló Valdés.

En cuanto a la seguridad vial, el problema es que a la entrada y salida del centro los alumnos se exponen al paso de numerosos vehículos, entre ellos los de los servicios de emergencias (ambulancias, bomberos, etcétera). Este problema, sostuvo el director, se solventaría si se llevaran a cabo las propuestas de reordenación incluidas en el proyecto del bulevar de Santullano.

La antigüedad del centro es el origen también de problemas en la accesibilidad, que no se tenía en cuenta en su día y que aún no se ha solventado: por ejemplo, el edificio destinado a los ciclos formativos tiene escaleras y no cuenta con rampa ni ascensor.

Asimismo, el instituto ha hecho pruebas de evacuación en caso de emergencia y se ha constatado que no cumple con los mínimos exigidos. Alguna zona de aulas tiene tan solo una puerta de evacuación y se calcula que en caso de emergencia les llevaría a los alumnos siete minutos, cuando el tiempo debería estar en torno a dos.

El centro está en una zona con mucho tirón poblacional y en los últimos años ha incorporado numerosos alumnos. Actualmente está en torno a los mil.

El director señala que el centro se ha quedado pequeño y necesita una ampliación de al menos seis aulas, tres talleres para los ciclos (algunos de los talleres actuales están obsoletos) y un salón de actos. Los docentes tienen que utilizar la biblioteca y otras dependencias como aulas para impartir todas las clases.