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JARA RODRÍGUEZ ALONSO | Ingeniera Mecánica y Automática, trabaja en el CERN

"El mundo está cambiando, todo es más digital y la educación tiene que cambiar"

"Creo que las niñas desde pequeñas tienen menos confianza en sí mismas; debe transmitírseles que son igual de capaces que los niños"

Jara Rodríguez Alonso. LUISMA MURIAS

Jara Rodríguez Alonso (Oviedo, 1996), es ingeniera Mecánica y Automática especializada en robótica. Actualmente está trabajando en el CERN, el centro de investigación nuclear ubicado en Ginebra.

- ¿De donde viene su vocación por la ingeniería?

-En el colegio me gustaban las Matemáticas y la Física, y sabía que no quería ir por letras. Y como mi hermano se metió en la ingeniería me decidí. Mis padres me ayudaron mucho. Era el segundo año que se daba esta carrera, y yo vi que era completa y abierta.

- Pero su inquietud viene de antes, ¿no?

-Me influyeron muchas cosas. En tercero de la ESO me fui medio año a Dublín en un intercambio con un chico, y luego él se vino a vivir a mi casa. No era nada del instituto, fueron mis padres los que lo movieron. Tenía 14 años y aprendí mucho.

- ¿Daba miedo?

-Sí y no. Desde que era pequeña participé en programas del Ministerio de recuperación de pueblos, donde aprendí mucho y me relacioné con gente que no había visto nunca. Cuando fui a Dublín fue un shock porque fui sola pero lo de relacionarme me gustó mucho.

- ¿Es quizá en ese tipo de relaciones en lo que más fallamos hoy en día?

-Totalmente. Para mí las llamadas "soft skills" (habilidades blandas) son muy importantes, y yo las he ido desarrollando siempre. Cuando tenía 18 años hice un proyecto en Turquía. Cinco jóvenes de cada país fuimos a hacer un trabajo, generar ideas e intercambiar opiniones. Lo técnico es muy importante pero estas habilidades son importantes, y también la creatividad y la innovación.

- Tiene vocación viajera.

-Sí. En tercero de ESO ya me fui a Italia con el programa Comenius del instituto. Creo que es muy importante fomentar este tipo de programas. Aprendes cosas que no puedes aprender de otra manera. Y creas conexiones que luego sirven en un futuro. Y las que te importan las mantienes. También en la carrera viajé. Hice los dos primeros años en Gijón, después fui a Cracovia con un Erasmus y el último año hice la especialidad en Florida.

- ¿Y cómo fue a parar al CERN?

-Yo no sabía qué quería hacer, tenía ganas de trabajar y encontrar lo que me gusta trabajando. Empecé a enviar currículos ya en Florida, y de hecho iba a firmar un contrato con una multinacional norteamericana pero vi unas becas para el CERN y me presenté sin pensar que me la podrían dar. Me fui de vacaciones y cuando me llamaron estaba en Croacia en un camping.

- Háblenos del proyecto en el que trabaja.

-Estoy en el departamento de calidad. Estoy trabajando con un proyecto de imanes superconductores que está subvencionado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, que fomenta que pequeñas y medianas empresas innovadoras salgan al mercado internacional. Dos compañías que han sido elegidas van a fabricar cada una un prototipo de un imán superconductor con diferentes características innovadoras. El proyecto acaba en septiembre de 2020.

- ¿Le gustan las condiciones de trabajo?

-Sí. Yo tengo bastante trabajo pero hay flexibilidad en el horario, y además estoy en un equipo genial. Aprendo mucho. Allí hay gente muy lista, y al estar con ellos aprendes todo lo que dicen, lo que comentan. Tengo que aprender todavía mucho.

- ¿Tiene opciones de entrar en otro proyecto en el CERN?

-Sí, pero tampoco me quiero atrapar en un sitio. El CERN, de todas formas, funciona por proyectos de seis años, de dos, de uno. Es raro quedarse mucho tiempo.

- ¿Alguna perspectiva para después?

-Estoy muy abierta. En un futuro me gustaría gestionar equipos en una organización internacional, y proyectos con ámbito tecnológico. Me gusta mucho la transformación digital y la información.

- ¿Siente que hay recelo hacia las mujeres en las carreras técnicas?

-Yo creo que, en general, las niñas, desde pequeñas, tienen menos confianza en sí mismas que los niños. Una niña, si no sabe al menos un noventa por ciento del examen no se siente segura para ir, mientras que el niño va igual aunque tenga el 50 por ciento. Y creo que el deporte fomenta mucho la confianza, y los niños hacen mucho deporte. Muchas niñas piensan que no valen para lo técnico y ya ni lo intentan.

- Hay movimientos para cambiar las cosas.

-Sí. Igual que el mundo está cambiando y ahora todo es mucho más digital, la educación también tiene que cambiar. Hay que fomentar la creatividad, y también lo de aprender haciendo. Tanto para niños como para niñas. Quizá a las niñas debe transmitírseles que sepan que son iguales de capaces que los chicos. Creo que los medios de comunicación influyen mucho en la visión que tenemos de las mujeres. Lo que tenemos es que mentalizar a la gente de que todos tenemos las mismas oportunidades y si la chica quiere hacer Derecho, que lo haga, pero que no sienta que no puede hacer otra cosa.

- Hablaba de la importancia del deporte. ¿Usted lo practica?

-Desde pequeña me metieron en todo: ballet, gimnasia rítmica, ajedrez, natación, pádel, tenis, golf, probé de todo. Ahora hago windsurf, que me encanta, y esquío y también he hecho boxeo. Echo de menos no haber hecho deporte de equipo.

- ¿Dónde se ve en el futuro?

-Me gusta España, pero no sé si podré. En general, me gusta Europa. En España hay muy buenas condiciones, Seguridad social, etcétera. No nos podemos quejar. Ahora hay programas para el regreso de la gente con talento, que están muy bien. En cualquier caso me gustaría trabajar en un proyecto tecnológico. Me gustan las nuevas tecnologías, pero creo que es importante saber cómo utilizarlas.

- ¿En qué sentido?

-No me gusta que los niños vivan desde pequeños con las nuevas tecnologías, que desde el carricoche ya tengan un móvil en la mano. Si tengo hijos quiero que vayan a campamentos, que jueguen, que hagan deporte, que hagan puzzles. Yo estoy contenta de haber tenido la infancia que tuve. Personalmente, las pantallas me cansan, y eso que soy electrónica. Aunque creo que todo en su medida está bien. Lo importante es tener un poco de equilibrio.

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