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El Ayuntamiento no tendrá que pagar a los dueños del edificio del incendio de Uría

El juez descarta la indemnización de 700.000 euros que reclama la propiedad, al considerar que los bomberos usaron los medios adecuados

El incendio de Uría. MIKI LÓPEZ

La culpa no fue del Ayuntamiento de Oviedo. Es lo que ha decretado un juez ante la demanda de la comunidad de propietarios y la propiedad del edificio de Uría 58, afectado por el devastador incendio del 7 de abril de 2016 en el que falleció Eloy Palacio.

Los demandantes reclamaban al Ayuntamiento una cantidad cercana a los 700.000 euros, al entender que el fuego se propagó "por una prestación deficiente del servicio" por parte del Ayuntamiento. Es decir, que los bomberos del Servicio de Extinción de Incendios de Oviedo no pudieron hacer su trabajo, apagar el fuego y evitar el colapso del edificio, "porque no dispusieron del agua necesaria".

La sentencia dictada ahora en primera instancia dice lo contrario a la tesis de la propiedad. El juez mantiene que los bomberos utilizaron los medios adecuados y de manera proporcional.

La petición económica de la propiedad responde a la diferencia entre lo que recibieron de la compañía aseguradora y el coste final de rehabilitación del edificio, a lo que se suma la pérdida de mobiliario, ajuar y el daño moral.

El juez ha desestimado esa responsabilidad patrimonial que la propiedad entendía que correspondía al Ayuntamiento de Oviedo.

Este es el segundo fallo judicial en este sentido. Y es que esta sentencia sigue la línea del Juzgado de primera instancia número 4 de Oviedo, que el pasado mes de septiembre, en un procedimiento abreviado, ya desestimó la reclamación de un comerciante de la zona contra el Ayuntamiento.

En el primero de los juicios celebrados, el del pasado mes de septiembre, el propietario de la tienda Casa, situada frente al edificio de Melquíades Álvarez, concretamente en el número 20, reclamaba 14.000 euros por las pérdidas ocasionadas durante los nueve días de cierre tras el incendio de Uría. El empresario mantenía que la gestión municipal del incendio no fue la adecuada y como consecuencia de sus negligencias, el incendio acabó siendo devastador y provocó el cierre al público de su negocio. La acusación aseguraba que a los bomberos les faltó agua para apagar el fuego y que los hidrantes y las bocas de riego de la zona no estaban en condiciones para ofrecer el suministro necesario. El letrado municipal defendió la tesis contraria: "El informe elaborado por el Consejo Consultivo del Principado refleja claramente que no hay una mala gestión del incendio. Todas las resoluciones firmes que hay de otros Juzgados también lo refrendan. Cuando llegaron los bomberos el edificio de Uría estaba perdido y aun así se jugaron la vida para salvar los colindantes".

Justo de Diego llegó a poner aquel día en la sala el ejemplo del incendio de la catedral parisina de Notre Dame para reforzar su argumento. "El Sena llevaba ese día caudal suficiente, no había déficit de agua, pero no pudieron apagar el fuego porque ya estaba ardiendo todo el entramado de madera", dijo.

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