Salieron de La Lola, el bar familiar, para recorrer mundo y llevan veintitrés años haciéndolo. "Café Quijano" estará el sábado en el auditorio Príncipe Felipe (20.30 horas; 25 y 30 euros), con pocas entradas por vender. Los hermanos Quijano están de gira con "La vida no es la, la, la", un recorrido por toda su discografía. Óscar Quijano cuenta este tour.
- Presentan el concierto como una combinación de sus grandes éxitos de pop-rock y sus boleros.
-Es un recorrido por toda la discografía de "Café Quijano" de principio a fin y nos está dando muchas alegrías.
- De principio a fin son más de dos décadas.
-Sí. Aunque tuvimos un pequeño descanso que se nos fue de las manos. En 2005 tuvimos que parar porque desde 1997 no lo habíamos hecho y el parón, como digo, se nos fue de las manos.
- Y regresaron con boleros.
-Sí. Queríamos hacer algo diferente. No fue una reinvención porque nosotros habíamos empezado tocando boleros y nos apetecía volver a ello. Fue un cambio que funcionó muy bien, sacamos tres discos de estudio y un directo. Tuvimos varias nominaciones a los premios "Grammy Latinos".
- ¿El público echaba de menos los boleros?
-El bolero nunca se ha ido porque nunca fue una moda, siempre ha estado ahí. Nosotros compusimos 36 boleros nuevos. "Los Panchos" y Armando Manzanero nos decían que éramos los autores del bolero del siglo XXI.
- Pasaron del pop-rock al bolero, ¿cambió el público?
-En principio, el público de los boleros es gente mayor, pero nos sorprendió mucho que se enganchase gente joven que ni siquiera sabía lo que era un bolero.
- ¿Y ustedes en qué faceta se encuentran más cómodos?
-En las dos. En el concierto yo empiezo tocando el contrabajo, con esa sensación de tocar la madera, y luego cojo el bajo en la parte más rockera y es un subidón. Nos encantan las dos sensaciones. Empezamos el concierto de esmoquin y acabamos vestidos de rockeros.