"Manuel Fernández Caballero fue uno de los compositores de zarzuela más fecundos de la segunda mitad del siglo XIX; en el catálogo que he realizado aparecen 275 obras, muchas de ellas aún vigentes". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Nuria Blanco Álvarez, profesora, doctora en Musicología y licenciada en Geología, especialista en la obra del creador de "Gigantes y cabezudos" o "El dúo de la Africana", cuyo padre era de Celorio (Llanes).

Nuria Blanco realizó ayer la primera presentación de su obra, que recopila los títulos de Fernández Caballero y aporta abundante información sobre ellos, a la que seguirá otra el 21 de febrero en el teatro de la Zarzuela de Madrid, donde escuchó por primera vez una de sus zarzuelas.

El libro cuenta con un prólogo de María Encina Cortizo, catedrática de Historia de la Música de la Universidad de Oviedo, que ayer acompañó a su alumna, y alabó el esfuerzo que ha realizado para escribir el catálogo. "Resulta emocionante que sociedad se enriquezca con todo este conocimiento; es un modo de devolver lo que recibimos", indicó. Cortizo defendió la zarzuela como género netamente español y aseguró que es un error asociarla con ninguna ideología política. "La zarzuela es el reflejo de la historia de España desde el siglo XVII, decir que corresponde a un periodo casposo es hablar desde la ignorancia". La catedrática lamentó que las programaciones de los grandes teatros no presten más atención al género lírico español por excelencia. "En estos momentos solo quedan las temporadas de Oviedo y Madrid; a los alumnos jóvenes las cuestiones relativas a la zarzuela les suenan tan lejanas como los autos sacramentales", indicó. Aurelio Martínez Seco, director de Codalario Ediciones, destacó la calidad de la obra de Fernández Caballero, que nació en Murcia y murió en Madrid en 1906. "Se le puede considerar por sus trabajos como uno de los maestros padres del joven género chico", señaló Nuria Blanco.

Los bandos de Villafría (1884) fue la obra más representada en España sin caerse de cartel durante todo el siglo XIX. Sus obras destacan por un gran dominio de la orquestación y un estilo elegante que en muchos casos recuerda a la ópera. Fernández Caballero también compuso música profana y religiosa.