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Aprender es otro cuento en Ventanielles

El programa bilingüe, el aula Montessori y la docencia compartida caracterizan a un colegio comprometido con la innovación

Aprender es otro cuento en Ventanielles

El colegio público de Ventanielles tiene a gala el desarrollo, desde hace años, de un programa bilingüe comprometido con las competencias de los alumnos en el idioma inglés desde las edades más tempranas, pero sus responsables tienen claro que no quieren quedarse ahí. El programa educativo está imbuido de un espíritu innovador que año tras año embarca al centro en un nuevo proyecto.

El más reciente está pensado para las aulas de ciencias naturales, que se imparten en inglés, y que cuentan con docencia compartida, esto es, con dos profesores por aula. El centro ha puesto en marcha un programa que trabaja con los mismos contenidos desde primer curso hasta sexto. Como explica la jefa de estudios, Socorro Freire, los alumnos adquieren conocimientos básicos, por ejemplo, sobre el cuerpo humano en el primer curso, y con esa base elaboran los contenidos del curso siguiente. De esta forma se consigue que al pasar curso estén familiarizados con los conceptos, y así se consigue un aprendizaje con más poso y más armónico.

La armonía, precisamente, es lo que reina en el aula María Montessori. En este espacio se desarrolla el método desarrollado por la pedagoga italiana que le da nombre, y que se aparta mucho de la enseñanza tradicional.

El aula desarrolla muchas capacidades: la independencia (cada alumno elige las actividades a las que se quiere dedicar), la concentración, la motricidad o las matemáticas, con una disposición particular del espacio.

Los alumnos se sientan en mesas a trabajar la vida práctica, con ejercicios de la motricidad fina, hay otro espacio sensorial, en el que trabajan el oído, la vista y el tacto, otro con matemáticas manipulativas, con biología y ciencia y con lengua. La docente, que ha sido formada antes en el método, les enseña a los alumnos cómo hay que hacer cada actividad, que los alumnos han de hacer correctamente. "Lo mejor es que están aprendiendo pero no tienen la sensación de hacerlo, para ellos es un juego", señala la profesora Ángela Cofiño.

Este curso, además, han puesto en marcha actividades que permiten a los niños participar en su gestión, como el "bibliorrecreo", en el que alumnos de sexto se convierten por turnos en encargados de un espacio en el que sus compañeros de otros cursos eligen libros para leer durante el recreo y que valoran poniendo comentarios en un tablón que más tarde una profesora pasa al twitter.

En otra zona cubierta del patio, se han habilitado varias mesas para que, en los próximos días, los alumnos que lo deseen puedan disfrutar de juegos como el parchís, el ajedrez o los puzzles. Aquí también se busca el compromiso de los alumnos de más edad, que se encargarán, también por turnos, de gestionar el espacio.

La interacción entre los alumnos de distintas edades es un objetivo que se refuerza, también, a través de la llamada tutoría entre iguales, un programa de convivencia y prevención de conflictos en el que los alumnos de quinto curso se convierten en tutores de los de tercero. Estos acuden a los alumnos mayores cuando tienen algún tipo de problema.

La directora del centro, Ana Costa, asegura que "está demostrado que los niños resuelven mucho mejor los problemas entre ellos que acudiendo a un adulto, y este programa lo fomenta".

El colegio cuenta actualmente con 640 alumnos, y entre sus grandes logros está haber conseguido en todos ellos una competencia lingüística difícil de encontrar en oros centros educativos. Los alumnos empiezan a los tres años con ocho horas semanales de inglés, una lengua que van adquiriendo de manera natural, a través de la oralidad, de la conversación, de la inmersión.

Entonces, a medida que pasan cursos su nivel de inglés aumenta extraordinariamente, y acaban teniendo un gran dominio del idioma. Esta seña de identidad del colegio hace que muchas familias quieran matricular a sus hijos en él aunque sean de la zona. Los profesores participan en un programa "Erasmus" con varios países europeos a los que acuden para intercambiar experiencias y ponerse al día, y los todo ello revierte en los alumnos, que siguen aprendiendo, y jugando y desarrollando competencias, a veces sin darse cuenta.

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