Fue una especie de doblete y en las dos versiones se llevaron el aplauso del público, que era numeroso. El auditorio Príncipe Felipe se llenó para escuchar a los leoneses "Café Quijano", que se sienten medio asturianos por lo bien acogidos que son en estas tierras del Norte.

Los hermanos Quijano empezaron la sesión con elegancia, vestidos de traje negro para destilar el amor encerrado en los boleros. Música cálida con el contrabajo de Óscar Quijano como seña de identidad de una parte del concierto, que combinó composiciones propias con clásicos del género.

Los Quijano empezaron haciendo boleros hace más de dos décadas y en su interpretación se nota el cariño y el respeto por las canciones que están en la memoria colectiva de varias generaciones.

La gira, que lleva por título el de su último disco, "La vida no es la, la, la", pretende precisamente eso, unir en un mismo concierto a varias generaciones y varias pasiones. Los leoneses se desenvuelven a la perfección con los boleros, no en vano son autores de treinta y seis composiciones originales del genero, pero también saben, y además lo disfrutan, que el público más joven, aunque ya no tanto, espera escuchar, corear y aplaudir canciones como "La Lola" y "La taberna del Buda", que forman parte de la historia de la música de las últimas décadas.

Entre boleros y ritmos pop-rock los Quijano calentaron un auditorio de Oviedo en el que no había ni una butaca libre.