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Los autores del plan quieren lograr "un distrito del siglo XXI de emisiones cero"

El proyecto incluye aprovechamiento de escombros para transformar la topografía del ámbito, captación de calor por geotermia y energías renovables

Juan Tur. FERNANDO ANDRÉS

"Planteamos un distrito del siglo XXI, adaptado, por tanto, a las nuevas exigencias sociales y políticas, y eso nos llevó a pensar en un distrito de emisiones cero y de aprovechamiento de las energías renovables". Daniel Cortizo, la pata asturiana del equipo de arquitectos que ha desarrollado, junto a Juan Tur y Alexandra Delgado, el proyecto ganador del concurso de ideas para los terrenos del viejo hospital, está convencido de que el nuevo barrio que brotará en el viejo recinto hospitalario será verde y sostenible.

A los autores del proyecto les corresponde el planeamiento urbanístico, y no directamente estas cuestiones, pero en la redacción de su propuesta sí incluyeron muchas orientaciones que en la práctica se pueden llevar a cabo con normativas que comprometan a los que vayan a desarrollar allí sus equipaciones ciertas actitudes. Porque la eficiencia energética del distrito nacerá de la eficiencia energética de las edificaciones. Lo que se espera con una regulación especial es que la demanda energética sea más pequeña y la eficiencia de los equipos de calor, mayor.

Lo que está en el proyecto, por una parte es una centralización de la producción de energía y su distribución desde allí a todas las edificaciones del ámbito. Hay muchas piezas pendientes de estudiar, pero el documento incorpora sugerencias interesantes. Una, es que la calefacción de las edificaciones se produzca a través de un campo de captación por geotermia. Como el proyecto exige remover todo el terreno, resultaría relativamente sencillo aprovechar para distribuir una red de conductos que capten energía del terreno.

En relación con los movimientos de tierra, y también en línea con lograr la máxima sostenibilidad, los autores también plantean que en una de las primeras fases se reutilicen los escombros procedentes de la demolición de los inmensos edificios del viejo HUCA para la transformación topográfica del ámbito. Porque lo que se pretende es suavizar esa topografía, que todo el distrito sea accesible, sin pendientes de más del 6%.

También está previsto que haya una gestión inteligente de las aguas, de forma que todas las lluvias se puedan recoger y reutilizar en los edificios, con el consiguiente ahorro en el consumo de agua.

Por último, la exigencia de la captación de energías renovables podría acompañar la captación por geotermia y permitir la producción de energía eléctrica en los edificios a través de placas fotovoltaicas o de turbinas minieólicas.

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