Oportunidad y riesgo. La revolución digital es imparable y avanza a una velocidad de vértigo, pero lo mismo abre nuevas ventanas de negocio y encumbra a emprendedores de éxito en tiempo récord que acelera la desaparición de aquellas compañías que no se transforman para adaptarse a este nuevo escenario mundial. En otras palabras, lo digital "da rapidez a la creación de negocios, pero también al fracaso". Este es el mensaje que lanzó ayer en Oviedo Bernardo Hernández, un emprendedor e inversor en nuevas tecnologías que figura entre los fundadores del portal inmobiliario Idealista y que, como una de las figuras más relevantes de Silicon Valley, desempeñó el cargo de director mundial de productos emergentes en Google. Además, fue vicepresidente senior de productos en Yahoo y máximo ejecutivo de Flickr, entre otras participaciones en destacadas empresas de nuevas tecnologías como Tuenti, Fever o Wallapop .
Al frente ahora de Verse, una aplicación para pagar y cobrar desde el teléfono móvil, Hernández ofreció una charla en el Calatrava, invitado por el Colegio de Ingenieros Industriales, en la que expuso las principales claves para alcanzar un "liderazgo digital". Se pueden resumir en ambición, competencia tecnológica, valentía para innovar, pasión por el proyecto y trabajo duro para hacer frente a la competencia en un entorno de continua evolución.
Para empezar, Hernández subrayó que las iniciativas que tienen éxito en el mundo digital se dirigen a "solucionar un problema y hacerlo bien", pensando en ámbitos con potencial para tener "millones de usuarios". A juicio del experto, el éxito de cualquier aventura empresarial en la era digital requiere una "visión ambiciosa". Además, también considera fundamental la "obsesión" por estar siempre a la última en materia tecnológica. "Todas las empresas que triunfan disponen de una tecnología potente, eficiente y competitiva", subrayó Hernández.
"Valentía"
Otra de las claves para moverse con garantías en el negocio digital parte del refrán que advierte de que quien mucho abarca poco aprieta. "Haz una cosa, hazla bien y no pases a otra antes de tiempo", alertó Hernández, que puso a Apple como ejemplo. "Tiene únicamente siete líneas de negocio, mientras que Sony, claramente por detrás, tiene más de trescientas", afirmó, para, a continuación, recomendar a emprendedores y empresas "valentía" a la hora de apostar por proyectos tecnológicos caros y de relevancia. Se trata de algo que echa en falta en las principales compañías españolas. Así, por ejemplo, destacó que Facebook se decidió a adquirir WhatsApp por cerca de 19.000 millones de dólares como una "inversión estratégica de futuro", mientras que las empresas nacionales del IBEX 35 "no hacen apuestas de verdad por la transformación digital y eso se nota".
"La competencia está a un click de distancia", advirtió Hernández para fijar un último reto inexcusable de cara a afianzar esa posición de liderazgo digital. Consiste en "una sólida ética de trabajo duro". Y es que, según indicó, las iniciativas de éxito generan también "apasionadas opciones de vida".
"Todos los modelos de negocio están condenados a la transformación digital", aseveró Hernández, que citó los sectores relacionados con la medicina, la banca y los seguros como los más expuestos a las consecuencias de la revolución en marcha. "En la banca tradicional se van a seguir cerrando sucursales a mansalva y se impondrá una nueva relación con los médicos, entre otras cosas porque los ordenadores tienen cada vez mayor capacidad para afinar los diagnósticos", indicó. A este respecto, llamó la atención sobre el hecho de que la generalización del uso de internet en la prestación de servicios supone "una reintermediación en la que se sustituye al intermediario". Todo dentro de "un mundo que ya es completamente digital".
"La revolución digital conlleva unas consecuencias extraordinarias; nunca se registraron cambios tan grandes en tan cortos periodos de tiempo", subrayó Hernández, que puso el siguiente ejemplo para destacar la espectacular evolución de los últimos años: "En la Exposición Universal de Sevilla de 1992, donde se presentaron los principales avances de la técnica a nivel mundial, ni se abordó nada relacionado con internet", pero, sin embargo, "a día de hoy ya hay más de dos mil familias estadounidenses que se desplazan en coches que se conducen solos y que ni disponen de volante".
"El poder que tiene la inteligencia artificial, que permite a los ordenadores tomar decisiones cada vez más similares a las del cerebro humano, es extraordinaria", sentenció Bernardo Hernández.
