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Los usuarios de patinetes piden preferencia para circular por carriles de la zona 30

La única asociación asturiana de vehículos de movilidad personal sugiere equipararlos a las bicicletas en Oviedo y evitar conflictos con los peatones

Una mujer circulando en patinete eléctrico. LNE

Los usuarios de patinetes eléctricos quieren equiparar sus condiciones a los ciclistas y que su situación quede al fin aclarada, en un momento de vacío legal, a la espera una ordenanza específica. La asociación de usuarios de Vehículos de Movilidad Personal de Asturias (UVMPA), la única de esta naturaleza en la región, aprovechará el periodo de sugerencias abierto hasta el 15 de febrero para solicitar que se les permita utilizar de forma preferente los carriles de la denominada "zona 30" de la ciudad, junto a bicicletas y el resto de tráfico rodado.

La zona 30 es una iniciativa europea que en Oviedo puso en marcha el alcalde Gabino de Lorenzo (PP) en 2010, para favorecer el uso de la bicicleta en Oviedo. Quedaron habilitados entonces, a lo largo de todo el casco urbano, carriles con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora, con la idea de favorecer la convivencia en los mismos de bicicletas y coches. Ahora, los patinetes piden que se les reconozca su derecho a usarlo. "El límite de 30 por hora es el ideal para que los coches no te coman y no se ponga en riesgo a los peatones", indica un portavoz del colectivo, Nacho Córdoba.

En este momento, sin una normativa específica, los patinetes se ciñen al código de circulación, si bien no tienen permitido circular por las aceras. En Oviedo, únicamente se ha impuesto una multa por hacerlo, el día de Reyes (200 euros), como adelantó este periódico.

Si el Ayuntamiento cede a favor del carril 30 para los patinetes, sus usuarios podrían circular por todas las calzadas de la mancha central de la ciudad, limitada por General Elorza, la avenida de Santander, Hermanos Pidal, Muñoz Degraín y la Ronda Sur, así como otros viales habilitados hace diez años en la avenida de los Monumentos, Bermúdez de Castro, Fuertes Acevedo, La Tenderina y San Lázaro.

Para los conductores de los patinetes, la utilización de la zona 30 es beneficiosa tanto para los ciudadanos como para la administración. "Al circular bajo las mismas normas que los ciclos, no es necesario poner nuevas señales ni hacer más gastos", indica Nacho Córdoba, que cita un informe presentado por la asociación a los ayuntamientos de Oviedo, Gijón y Avilés.

En su lista de sugerencias, hay matices entre Oviedo y Gijón. En la villa costera existe una red de carriles bici propicia para el uso compartido entre ciclistas y patinetes. En la capital asturiana, el espacio habilitado para estos usos actualmente es la zona 30, pero eso no quiere decir que los patinetes queden excluidos de los carriles bici, si se llegan a desarrollar. "La idea es compartir todos los espacios con los ciclistas, incluido si se desarrolla una red de carriles bici como la planteada por el PP en las elecciones", apunta Córdoba, que se define como "un friki de la movilidad sostenible" y cree que así desaparecerían los conflictos y recelos que generan entre los peatones.

Luces de posición

Los planes para equipararse a los ciclistas incluyen la aprobación de normas de seguridad muy parecidas. La asociación es partidaria de la obligatoriedad del casco para los menores de 16 años. Proponen la utilización del chaleco reflectan, y de luces de posición delantera y trasera por la noche y en momentos de visibilidad reducida.

La propuesta de los usuarios se concreta en que tendrían derecho a circular por el centro del carril de la zona 30, preferentemente por el situado más a la derecha. Los turismos deberían dejar una distancia mínima de seguridad de cinco metros respecto a los patinetes y cambiar completamente de carril en caso de adelantamientos.

El espíritu de la batería de propuestas de la asociación de usuarios de patinetes es el de máximo respeto para quienes se desplazan a pie. "Los espacios peatonales deben mantenerse exclusivamente para los peatones", afirman para tranquilizar a los que temen una invasión de patinetes.

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