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JAVIER CAMARENA | Tenor, canta hoy en el Auditorio

"No soy de cantar y ya está, me gusta hablar con el público y hacer bromas"

"Hemos agotado las entradas en Barcelona, en San Sebastián y en Oviedo, el público es muy entusiasta y está siendo cariñoso conmigo"

Javier Camarena, el pasado domingo en el Campoamor. MIKI LÓPEZ

El tenor mexicano Javier Camarena (Xalapa-Enríquez, México, 1976), una de las grandes estrellas de la ópera en el mundo, ofrece en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo un recital junto al pianista Ángel Rodríguez que incluye arias de Gounod, Lalo, Donzetti, Rossini, Flotow y Cilea. Las entradas están agotadas desde hace casi un mes. La cita de esta tarde (20.00 horas), del ciclo "Los conciertos del Auditorio", es la segunda actuación del tenor en la capital asturiana, donde ofreció otro recital en 2017. El pasado domingo asistió a la segunda representación de la ópera en el Teatro Campoamor, donde se realizó esta entrevista.

- ¿Qué tal la función de "Lucia di Lammermoor"?

-Muy bien. Celso (Albelo), Jessica (Pratt) y Simón (Orfila) son amigos y quise aprovechar que estoy en Oviedo para el recital de esta tarde y asistir a verlos. Sobre todo con Celso tengo una muy buena amistad, lejos de rivalidades. Hemos trabajado en varios conciertos juntos. Tenemos una muy buena relación, más allá del ámbito operístico. Aunque tenemos el mismo repertorio, trabajo hay. El mundo de la ópera y de la cultura lo que necesita es sumar y unir esfuerzos.

- Está de gira por España.

-Justo en su ecuador. Cuando comencé en Barcelona aún me encontraba recuperándome de un resfriado que me permitía cantar pero no me dejaba estar cómodo y al 100%. Tanto en Barcelona como en San Sebastián y aquí en Oviedo los teatros están abarrotados, con todo vendido, y el público es muy entusiasta y cariñoso con el maestro Ángel Rodríguez y conmigo. Me gusta mucho el formato de recital porque es mucho más íntimo y permite una cercanía más palpable con el público. No soy de llegar a un sitio, cantar y ya está, me gusta comentar algunas cosas con el público o hacer bromas; no es que las prepare, es que me salen espontáneas, y si soy sincero disfruto mucho así.

- El programa, a primera vista, lo forman compositores canónicos como Rossini, Donizetti o Gounod, pero las arias que usted ha elegido se alejan de la ópera estándar.

-Tiene su particularidad, lleno de arias muy poco conocidas como "Seul sur la terre" o "El lamento de Federico", porque estoy saliendo ya de los títulos bufos de Rossini hacia un repertorio mucho más serio. Quiero trabajar en los próximos años sobre repertorio francés, y eso en el programa se deja entrever. La tónica dominante es la de potenciar una emoción más comedida, donde los grandes agudos también dejen sitio a momentos más intimistas. Es una emoción mucho más contenida y es algo que me agrada mucho del repertorio francés y lo considero el siguiente reto, aunque siempre hay sitio para un clásico como "Ah! Mes amis quel jour de fête" de "La hija del regimiento", el único caballo de batalla de todo el programa.

- ¿No le inquieta que esta búsqueda pueda tener menor acogida que el repertorio más conocido?

-No, tiene más sustancia que extraer. Este recital es una apuesta por la sensibilidad del público. Mucha gente disfruta mucho de lo que ya conoce, pero vale la pena que aprovechen ese conocimiento para descubrir nueva música que, en el fondo, cuando lo escuchen les va a recordar a lo que ya conocen. Lo que se consigue es ampliar tu repertorio como oyente, por eso también habrá un aria de la opereta "Martha". También bastante olvidada, que si bien, la versión original es en alemán, yo la interpretaré en francés porque esta versión fue muy popular.

- Hable de su reciente participación en "Il pirata", del Teatro Real, imagino que un esfuerzo titánico.

-Hay una razón por la que no se interpreta en nuestro tiempo. Hace cuarenta años, cuando cantaban la Sutherland o la Caballé, toda la parte del tenor se recortaba, se baja de tonalidad para hacerla más sencilla y el tenor pasaba sin pena ni gloria, era una ópera para la soprano. Hoy día no tiene rigor hacerlo así. El problema es que, tanto la técnica vocal como la instrumental ha cambiado, los teatros se han hecho más grandes y las orquestas también, y además la afinación es ahora más aguda. Esto se traduce en que, si en un principio tenía que subir una cuesta con un 20% de inclinación, ahora es casi el doble. La cuesta está ahí igualmente, pero el esfuerzo es mucho mayor.

- ¿A qué se refiere con distinta técnica vocal?

-A que unas décadas atrás, el falsete era algo que los tenores utilizaban con frecuencia en las notas y pasajes muy agudos. Hoy no es así, no hay lugar para el falsete, y hay algunas partes de la partitura de "Il pirata" que son muy incómodos. Por todo ello se convierte en una ópera titánica, sobre todo para el tenor. Fue un reto que me encantó hacer. Es además uno de los pocos proyectos en los que yo personalmente no estaba muy convencido sobre mi actuación. Habrá críticos muy severos, pero nadie me exige tanto como me exijo yo a mí mismo.

- Cómo está la ópera en México, ¿tiene proyectos allí?

-Parece ahora hay más apoyo a la actividad operística en mi país. Venimos de una etapa con recortes año tras año. Estaré en el Bellas Artes en dos semanas con "La hija del regimiento". Qué más daría yo por estar en mi país trabajando y tener las mismas oportunidades que tengo en España, Francia o Alemania. Hoy por hoy yo busco la manera de actuar allí siempre que puedo, porque debo apoyar la ópera en México y está claro que gusta porque las localidades se agotaron en tres horas.

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