La nueva ruralidad incluye la aparición de artistas emergentes, y Jaime Izquierdo, experto en mundo rural, explicará hoy a los alumnos de la Escuela de Arte de Oviedo (12.40 horas) que antes de nada "hay que reconocer la existencia de una intervención previa en el territorio que sin buscar la estética obtuvo unos resultados espectaculares". Es decir, antes de que existiese el "land art" los campesinos ya configuraban su paisaje con mucho criterio, unos escenarios "perfectamente armónicos porque necesitaban que todo funcionara". Esa configuración proporcionaba a las tierras "una biodiversidad y una estética determinadas". En estos aspectos se centra la conferencia "Los otros artistas: el campesinado y el arte del paisaje a escala 1:1", que hoy pronunciará en el salón de actos de la Escuela.
El geólogo y experto en desarrollo insiste en que uno de los grandes problemas de la industrialización ha sido "pasar por encima" de la existencia de una cultura previa en el territorio, evitar el reconocimiento explícito del paisaje. Por eso pide a los nuevos artistas que "si se ponen a hacer 'land art' tengan en cuenta que hay un lienzo previo y unas reglas".
Entre los ejemplos que hoy desgranará Izquierdo ante los estudiantes están, en lo positivo, las intervenciones de César Manrique en Lanzarote, "que entiende los paisajes y a los campesinos"; en lo negativo, el proyecto fallido de Eduardo Chillida en Tindaya (Fuerteventura) en 1984, que consistía en perforar la montaña y crear un gran monumento a la tolerancia.
Izquierdo apuesta claramente por la integración de culturas y lo compara con el funcionamiento de la aldea preindustrial, la "sociedad del reloj" que decía Levi Strauss. En la aldea preindustrial, el campesinado mantenía lo que Levi Strauss llamaba la "sociedad del reloj", que Izquierdo compara con lo que hacen los jardineros en el Campo San Francisco, "que en cada época del año desarrollan la misma tarea". Para el experto, es necesario "reconocer, recuperar y rehabilitar esa cultura preindustrial".
Pero ahora estamos en las aldeas posindustriales y en ellas distingue Izquierdo varias categorías que también configuran ese paisaje, ese "land art". La primera de ellas es la aldea cosmopolita, que es capaz de relacionarse con el mundo exterior, "como los gaiteros del Llacín que desde Llanes producen elementos de interés para el resto del mundo". En segundo lugar está la aldea tecnológica, "que debe ser retroprogresiva, es decir, trabajar con las nuevas tecnologías pero recuperar las viejas". En este aspecto pone como ejemplo los viejos molinos, "que antes producían harina y ahora pueden producir kilovatios".
El ponente analizará en su conferencia tanto el discurso de aproximación artística en la historia del campesinado como la nueva tendencia de los artistas jóvenes que se van a vivir a los pueblos. En este sentido, alerta de que "se debe hacer un ejercicio de humildad". "La cultura vital y profesional de los que llegan a los pueblos debe integrarse con lo preexistente", indica, pero también advierte de que "a los locales, a los habitantes de esos pueblos, hay que pedirles un poco de cosmopolitismo". Como ejemplo válido de esa integración pone Izquierdo a Rodrigo Cuevas, un artista que "las ha pillado todas". Para el experto, "Cuevas es un tipo que tiene la gran cualidad de entender perfectamente el valor de lo local, de las culturas del territorio".
El discurso de Izquierdo en la Escuela de Arte de Oviedo tratará de concienciar a los estudiantes y artistas sobre la necesidad de entender lo pretérito para empezar a crear algo nuevo.
